Enésima modificación para el proyecto del centro comercial Madrid Río, previsto en la calle de Antonio López, justo enfrente de las remodeladas naves del Matadero de Legazpi. El Ayuntamiento de Madrid y la Sociedad General Inmobiliaria de España (LSGIE), propietaria de la parcela, han acordado integrar el diseño del centro comercial, cambiando la idea original de levantar un centro uniforme y monolítico.
Con este objetivo, la propuesta definitiva plantea prolongar la calle de Matilde Gayo, de manera que atraviese el centro comercial dividiéndolo en dos unidades con el objetivo de permitir a los vecinos de Usera acceder a pie al parque lineal sin necesidad de dar la vuelta por las calles laterales.
El nuevo viario se pavimentará con los mismos materiales del tramo antiguo (Antonio López-Mirasierra), tendrá la misma anchura y estará abierto al cielo menos en su tramo central que contará con una bóveda acristalada. En el proyecto original de la empresa LSGIE, este tramo de calle formaba parte de la arquitectura del propio centro, con cubierta ciega, menos anchura de la prevista y ocupado por escaleras mecánicas y terrazas de los futuros locales.
El proyecto inicial también incumplía la superficie de edificación de las plantas superiores, que no debía superar el 35% de la ocupación de la planta baja, con el fin de facilitar la comunicación entre las dos unidades del centro.
Además, para que el edificio no supusiera un elemento de distorsión entre Madrid Río, Matadero y el paisaje urbano del distrito, se acordó modificar el volumen constructivo para adaptarlo a la escala del barrio de Moscardó, donde se sitúa la parcela.
De esta manera, las fachadas serán diferentes ya que se asoman a dos realidades urbanas distintas: las plantas bajas y zócalos comerciales serán más transparentes y las altas se destinarán a negocios de hostelería que funcionarán como miradores debido la ubicación del inmueble.
La de Madrid Río tendrá un diseño más adaptado al ambiente natural del parque, con la presencia de vegetación, mientras que la fachada de Antonio López tendrá locales abiertos a la calle para favorecer la relación del comercio con el espacio público. La tercera fachada, con vista a la calle de Eugenio Caxés, tendrá un tratamiento distinto pensado en el pequeño parque previsto.
Por último, el eje peatonal de la calle de Matilde Gayo funcionará como espacio de tránsito entre la ciudad y el río con una anchura de 16 metros (a diferencia de los 12 previstos en el proyecto inicial) para huir de la sensación de cañón o tubo. Además, un enorme lucernario en la parte cerrada deja pasar la luz consiguiendo un espacio abierto, transparente y peatonal. También se ha situado una cubierta vegetal con actividad hostelera para aprovechar las ventajas como mirador de la ciudad.