El distrito barcelonés de Ciutat Vella, a través del Plan Flores, ha creado un nuevo jardín en el barrio de Santa Catalina. Tiene 800 metros cuadrados y está ubicado en el espacio que ha quedado libre tras derribar siete edificios municipales.
El nuevo jardín, ubicado entre las calles de Mestres Casals i Martorell y del Arco de San Cristóbal, se ha hecho en el solar de 800 metros cuadrados que antes ocupaban 7 edificios municipales. La singularidad del jardín es que sus muros están hechos con material recuperado de los escombros de estos edificios.
Esta iniciativa está enmarcada en el Plan Flores, un plan que, según explica la concejala del distrito de Ciutat Vella, Mercè Homs, "quiere poner color y olor en las calles de Ciutat Vella. Son actuaciones que, a pesar de no ser obras espectaculares, suelen ser las más valoradas por los vecinos".
En este caso concreto, según la concejala, "los vecinos de la zona han pasado de tener delante de su casa edificios degradados en un espacio amplio, bonito y que invita a estar en ella".
El arreglo del solar, que ha tenido un coste aproximado de 60.000 euros, tiene un carácter provisional. Son las llamadas microurbanizaciones, es decir, dar usos a solares de titularidad municipal a la espera de definir su uso definitivo.
El jardín, de forma ovalada, tiene una ligera elevación de la superficie para potenciar la presencia visual de las flores y de las plantas hacia los peatones. Con espacios como este, además, según indica Mercè Homs, "el distrito quiere recuperar la memoria histórica de los jardines que antes había en la ciudad". Las plantas y las flores que se han utilizado para crear este jardín están relacionadas con nuestro clima, porque así se garantiza la pervivencia de la flora.
