Quince meses después de que el Ayuntamiento de Valencia se comprometiera con Expogrupo a que esta dejara vacante el solar de los Jesuitas para poder construir el hotel proyectado en la avenida de Aragón, no hay el más mínimo movimiento al respecto. Si en julio de 2015, la cesión no se ha producido, el consistorio presidido por Rita Barberá tendría que indemnizar a la empresa afectada con 17 millones de euros.
El Pleno del Ayuntamiento de Valencia había aprobado, en junio de 2013, el convenio, para permutar el solar de Jesuitas por el antiguo solar municipal en desuso, en la avenida de Aragón, tras la puesta en marcha de los nuevos locales municipales de Tabacalera. Y un mes después se procedía a la firma del convenio, que permite salvaguardar el Jardín Botánico y su entorno inmediato y se dan las vías de solución a un conflicto vecinal de muchos años de existencia en defensa de una parte destacada del conjunto histórico de Valencia.
En la resolución del convenio se contempla la exigencia de responsabilidades para el Ayuntamiento en el caso de que pasen dos años desde la entrada en vigor de este sin que la mercantil hubiera obtenido la adjudicación de la parcela de la avenida de Aragón con el aprovechamiento íntegro previsto. Los derechos de edificabilidad de Expogrupo en Jesuitas, de 16.441 metros cuadrados de techo, se trasladarían a la parcela de la avenida de Aragón
Ante la incertidumbre de que se cumpla el convenio, la Universidad de Valencia se ha interesado por el polémico solar, y quiere que, si la cesión no es inmediata, se cree un gran jardín público, sin perjuicio de su posterior cesión a la Universidad cuando la situación lo permita.
Expogrupo tenía un derecho reconocido por 12 sentencias judiciales a edificar en la parcela de Jesuitas, y tras la negociación se acordó que la empresa traslade su derecho de edificabilidad a la Avenida de Aragón, concretamente al espacio que hoy ocupa la antigua sede del Consistorio.
Todo este asunto se enredó cuando una sentencia del Tribunal Supremo confirmaba que Expogrupo, el propietario del solar tenía derecho a construir el hotel, lo que reabrió la puerta a una negociación que el Ayuntamiento había intentado sin éxito en los últimos años.