Antiguas fábricas en desuso han renacido adaptadas a las necesidades del siglo XXI. Se han construido edificios nuevos siguiendo las últimas tendencias arquitectónicas y han hecho del distrito un modelo de ciudad inteligente y sostenible.
Sant Martí inició su proceso evolutivo en 1992 coincidiendo con los Juegos Olímpicos que permitieron abrir Barcelona al mar y creó el puerto y el barrio de la Vila Olímpica. Más tarde, en el 2004, el Fórum de las Culturas sirvió para terminar la transformación del litoral y culminó con el distrito tecnológico del 22@. Esta nueva fisonomía dio un nuevo impulso a la ciudad, situándola a la vanguardia de las capitales europeas.
Se pueden encontrar naves antiguas totalmente reformadas, como la fábrica textil de Ca l’Aranyó, que desde el 2009 acoge el Campus de la Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra. Eso sí, conservando la estructura fabril original. También se han construido una serie de edificios nuevos y modernos, como el Media-TIC o la Torre Agbar. Unos ejemplos claros de la renovación del distrito.
Todos estos cambios espectaculares que se han producido en Sant Martí se pueden descubrir con el itinerario guiado The Smart City, que se hace cada día y sale desde plaza Catalunya y termina en el Mercado de los Encantes, pasando por múltiples lugares como la sede de Gas Natural, el Auditorio o la plaza de las Glòries.
El próximo reto que afronta el distrito es ejercer de nueva centralidad urbana una vez finalice la reforma de la plaza de las Glòries, y el proyecto Canòpia Urbana sea una realidad. El Diseño Hub Barcelona, junto con el nuevo Mercado de los Encantes, el Auditorio y el Teatro Nacional de Cataluña, convertirán el distrito en el futuro centro neurálgico cultural de Barcelona.