¿Es posible que España lidere el crecimiento de la producción en la construcción y que, a la vez, se consuma cada vez menos cemento? Parece difícil, pero así es a tenor de los últimos datos ofrecidos.
Como esos que acaba de hacer públicos Eurostat, la oficina comunitaria de Estadística, que vienen a constatar que España fue el país de la Unión Europea (UE) donde la producción en la construcción aumentó más en el segundo trimestre del año, respecto al primero, al registrar un incremento del 7%. Y, además, fue el cuarto país de la UE con la mayor producción interanual en la construcción en junio, con un aumento del 6,8 %.
Dicho esto, el ritmo de avance se ha moderado notablemente si se compara con los crecimientos anuales del 46% en mayo y del 55,4% en abril, datos que han permitido a la construcción española liderar la recuperación en el trimestre.
Lo curioso es que este aumento de la productividad del sector de la construcción se produce en un momento en el consumo de cemento siga marcando retrocesos de manera imparable. Ya estamos en una caída de la producción cercana al 85% respecto aquellos 55 millones de toneladas que salían de las cementeras en 2007.
De seguir la tendencia registrada en los primeros meses de 2014, al final del ejercicio puede que es producción quede por debajo de los diez millones de toneladas, con lo que se producía en dos meses hace siete años se cubre ahora toda la demanda anual.
Desde la patronal Oficemen no acaban de ver la recuperación por ningún lado, y siguen atrapados por un todavía muy limitado desarrollo de nuevas promociones residenciales y por el descenso de la obra pública provocado por los recortes presupuestarios para reducir el déficit de las administraciones. Casi una cuarentena de fábricas de cemento o derivados que se agarran a un clavo ardiendo para no cerrar el negocio.
La caída del consumo resulta implacable. En 2013, fue del 21% menos y en 2014 se prevé otro 8% de recorte. Y afecta a todas las modalidades de productos. Entre 2007 y 2013 el hormigón cayó un 82%, en paralelo con el cemento.
Al mismo tiempo, la capacidad instalada, que estuvo alimentando los años de bonanza, no se ve capaz de reducir al mismo ritmo. En 2007 salían de las plantas españolas 55 millones de toneladas de cemento, cifra incluso algo menor de lo que se consumía. Pero en 2013 se produjeron sólo 16,7 millones de toneladas, una reducción del 69%. En parte, lo compensan las exportaciones.
El derrumbe del sector ha provocado diversos desastres empresariales: cierres de plantas, paralizaciones encubiertas, las pérdidas mundiales de Cemex, atribuidas parcialmente a los resultados en España, o los despidos de 294 trabajadores en Cementos Portland Valderrivas pactados el año pasado. Y lo peor es que las perspectivas siguen siendo poco halagüeñas.