Barcelona. El hotel Santos Porta Fira ha abierto oficialmente hoy sus puertas con la presencia de los arquitectos responsables del proyecto, Toyo Ito y Fermín Vázquez, director y fundador de b720 Arquitectos, y el propietario de la Cadena de Hoteles Santos, José Luís Santos.
Tal y como ha explicado Toyo Ito, el conjunto arquitectónico (ubicado en la Plaza Europa de L’Hospitalet del Llobregat) tiene como prioridades dar respuesta al entorno y convertirse en el portal de acceso a las ciudades de L’Hospitalet de Llobregat y de Barcelona desde el aeropuerto internacional de El Prat.
El proyecto global está compuesto por la torre del hotel Santos y la torre de oficinas Realia, y se enmarca en la ampliación del recinto ferial de Barcelona. A pesar de que ambos edificios presentan un claro contraste en cuanto a formas, en conjunto logran una relación armónica y complementaria basada en el diálogo sutil entre las torres.
Los edificios –de 110 de altura cada uno de ellos– gozan de una fuerte carga simbólica, ya que rinden homenaje a las históricas torres venecianas que dan paso al recinto ferial de plaza España de Barcelona.
Hotel Santos, la geometría variable con formas orgánicas
La torre hotel se ha diseñado con una forma sinuosa que emula el tallo de un vegetal y que ofrece una percepción cambiante a medida que se la rodea. Dada la dificultad geométrica del edificio, la fachada se ha dividido en dos pieles. La interior es un cerramiento estanco a base de una solución ligera de muro cortina con paneles de aluminio y cristal ideada para garantizar los requerimientos acústicos, térmicos y de estanqueidad.
Por otro lado, la fachada exterior se plantea como una segunda piel que otorga textura y geometría variable a la torre. “Su piel está compuesta de tubos independientes de aluminio sujetos por sus extremos mediante rótulas para permitir la torsión deseada”, detalla Fermín Vázquez. “El edificio es un ‘prototipo industrial único’, ya que hemos inventado una fachada de gran complejidad para un edificio de altura”. En este sentido, ambos arquitectos han coincidido acerca de la dificultad que entrañaba el proyecto y las innumerables pruebas y visitas que tuvieron que realizar para determinar el color y el grosor de la fachada ligera.
La relación entre rótulas, tubos de aluminio y la estructura que los sujeta posibilita que el proyecto se adapte de forma continua y reglada en toda la superficie de la fachada expresando rotación, traslación y crecimiento a medida que va subiendo en altura. De esta manera, la torre queda divida en tres tercios. La geometría de las dos primeras partes sólo rota y se traslada de forma variable, mientras que en la tercera, la planta se deforma y se escala para aumentar la superficie y el perímetro de la torre.
El programa hotelero se presenta en 28 plantas distribuidas en PB+25 y 2 plantas técnicas con una superficie total construida de 34.688 m2 en las que se ubican 320 habitaciones. El espacio restante se distribuye en un hall, una gran zona de banquetes, salas para reuniones y congresos y zonas de servicios (back/front office y back of house).
Su singular aspecto convierte el hotel en uno de los nuevos hitos en la nueva Plaza Europa, en la ciudad de L’Hospitalet de Llobregat y en una clara referencia en el ‘skyline’ barcelonés.