Lo de hacer predicciones interesadas acerca de la evolución del mercado inmobiliario durante los años venideros está a la orden del día. Algunos, literalmente, se superan y resultan realmente sorprendentes.
El último informe, el del Centro de Predicción Económica (Ceprede), deja entrever una nueva miniburbuja inmobiliaria que nos llevará, de aquí a 2030, a la construcción en España de 2 millones de viviendas más.
Lo más curioso es que, además, lo hará con una reducción de la población, en ese periodo, de más de un millón de personas. ¿Imposible? Nada de eso. La solución es fácil. La mayoría de los que puedan y quieran comprarse una casa, lo harán para vivir solos, con lo que, claro, se necesitarán muchas más viviendas y de menor tamaño.
El informe, elaborado por Juan José Méndez, director de Estudios y Proyectos, se sustenta en los datos demográficos de Eurostat y del Instituto Nacional de Estadística, dando por hecho que la situación laboral de esos millones de jóvenes -que o no trabajan o, si lo hacen, sus recursos económicos son tan escasos que no les llega ni para un alquiler compartido- van a cambiar de la noche a la mañana como por arte de magia.
Es la principal variable, la de la evolución del empleo para los potenciales compradores de la mayoría de esos 2 millones de pisos que se van a construir, la única que no parece tenerse en cuenta en el estudio, y que, a pesar de todo, llega a la conclusión de que el número de hogares podría aumentar a un ritmo medio anual de unos 145.000 por año debido a la reducción del tamaño medio por hogar.
Parte el estudio de los datos actuales, de 18,4 millones de hogares y una población de 46,4 millones de habitantes. A partir de aquí, el vaticinio. En 2030 habrá 45,4 millones de habitantes y 20,6 millones de viviendas.
Se producirá este brutal incremento del parque de viviendas porque la brecha entre el aumento neto del parque residencial y los nuevos hogares se iría cerrando progresivamente a medida que se vaya absorbiendo el stock acumulado, contribuyendo a aumentar la demanda de viviendas aunque a un ritmo muy moderado, en torno a 85.000 unidades de media anual.