Madrid. A través del estimulante blog Noticias Insólitas (1) hemos conocido que un contratista local de Pittsburg demolió por orden judicial una casa… que no debía derribar pues la orden no era para la casa demolida sino para la contigua.
Recogemos el hecho y hasta me avergüenza decir que en un primer momento me ha dado la risa, pues no es una noticia graciosa… al menos para el propietario afectado que no se explicaba dónde había ido a parar su casa, a su vuelta del trabajo.
Sin embargo, al intentar localizar la fuente de la noticia me ha sorprendido el hecho de que quizás este tipo de sucedidos no sea tan insólito. Véase por ejemplo la noticia del jueves 8 de octubre de 2009 titulada: ‘Comando en práctica vuela casa equivocada’ en la que se refiere que una unidad especial del ejército sueco había comprado una casa para hacer con ella prácticas de demolición con explosivos y que sí, que sí lo hicieron… sólo que en otra casa distinta. Afortunadamente, “tuvieron suerte de que la pareja que vive ahí había salido porque los podrían haber matado”, relata un vecino. Los miembros del grupo de asalto volaron puertas, ventanas y masacraron otras partes de la casa antes de darse cuenta de su error.
No es meno absurda la noticia que titulada como: ‘Demuelen casa equivocada por seguir las coordenadas de GPS a ciegas’, donde se cuenta como en Georgia (USA) unos contratistas demolieron por error de localización geográfica una vivienda distinta a la que tenían encargada.
Y aunque me temo que podría hallar más casos, no he podido seguir buscando cosas como esas, porque de repente un incómodo recuerdo ha vuelto a mi memoria: el de la vivienda del 1º derecha del bloque x de la Urbanización Exxxxxxa, en Madrid (España) por la empresa en la que yo mismo trabajaba, hace unos treinta años. La cosa fue más o menos así: a pocas semanas para la entrega del bloque de viviendas en la que se hallaba la vivienda indicada (y por tanto estando totalmente terminada) a su recientísimo y poderosísimo comprador se le ocurrió que no le gustaba la distribución. Así que “sugirió” a la empresa que se la cambiase. Parece que las buenas relaciones públicas que la constructora deseaba mantener con el poderoso Señor de la Banca que la había comprado eran tales, que no hubo más remedio que demolerla interiormente y sobre su suelo hacer otra completamente nueva. Pero claro está, para hacerla de nuevo había antes que demoler la anterior… y así se hizo. Pero ocurrió que el “obediente” y doliente jefe de obra –por error- demolió el 1º izquierda en vez del primero derecha. Cuando nos dimos cuenta hubo que demoler la que se debía, construir encima de ella la nueva distribución deseada y reconstruir la demolida por error.
Así que el contratista de Pittsburg, el comando K2 del ejército sueco, la empresa del GPS y la pobrecita a la que se van a llevar su casa por estar al frente de la culpable, tienen toda mi comprensión.
Miguel Villarroya Martín
Notas:
(1) En este blog se da como fuente de la noticia a El Nuevo Herald (USA) pero el enlace está roto y no puedo verificarlo. Quizás se trate de una noticia de agencia. También puede verse en muchos otros sitios la noticia, como por ejemplo en Terra.