Un reciente estudio de la OCDE ha situado a España en el decimocuarto lugar entre los países con la carga fiscal más alta sobre el salario bruto. En 2023, los trabajadores solteros y sin hijos en España destinaron un 40.2% de su salario bruto a impuestos y cotizaciones sociales, superando la media del 34.8% observada en la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico.
Detalles del informe fiscal de la OCDE
El informe ‘Taxing Wages’ de la OCDE muestra que la llamada ‘cuña fiscal’ en España, que mide la diferencia entre lo que las empresas pagan por un trabajador y lo que este último recibe neto, ha aumentado 0.62 puntos porcentuales en un año, marcando un ascenso superior al promedio de la organización, que fue de 0.13 puntos porcentuales. Este incremento sitúa a España por encima de países como Alemania, Austria y Francia, aunque aún por detrás de Bélgica, donde los trabajadores destinan el 52.7% de su salario a impuestos y cotizaciones.
El aumento de la cuña fiscal es notable especialmente en el contexto de la carga impositiva que enfrentan los trabajadores sin hijos, situando a España como uno de los países con políticas fiscales más exigentes para este grupo demográfico dentro de la OCDE. Este panorama refleja un incremento continuo en la carga fiscal que afecta no solo a los trabajadores, sino también a la competitividad y atractivo de España como destino laboral.
Impacto en diferentes demografías y el peso de las cotizaciones sociales
La situación varía ligeramente cuando se analiza el caso de los trabajadores con familia. Para una pareja con dos hijos, la cuña fiscal en España se situó en el 37.1% en 2023, lo que representa un aumento de 0.40 puntos porcentuales respecto al año anterior. Aunque esta cifra es alta, la sitúa por debajo de países como Bélgica, Alemania y Francia, donde las cargas fiscales son aún más significativas.
En términos de cotizaciones sociales, el informe destaca que las empresas en España enfrentan una de las cargas más altas de la OCDE, con un 23.3% del salario bruto, situando a España en la sexta posición en este aspecto. Comparativamente, las cotizaciones que los trabajadores deben pagar son menores, con un 4.9%, lo que contrasta con un promedio más alto en el resto de los países de la OCDE.
Este escenario fiscal impone un desafío para la economía española, no solo en términos de retención de talento local, sino también en la atracción de talento internacional, crucial para la innovación y crecimiento económico. La OCDE recomienda un análisis cuidadoso de las políticas fiscales para equilibrar la necesidad de ingresos del Estado con el fomento de un entorno laboral competitivo y justo.