Celebrada sin sorpresas la junta de acreedores del Grupo Rayet -accionista de control de la inmobiliaria Quabit-, el proceso concursal abierto a finales de 2012, cuando la empresa dirigida por Félix Abánades se acogió de manera voluntaria al concurso con una deuda de 600 millones de euros, atisba el final del túnel.
Solo queda que el juzgado 3 de lo Mercantil dicte la sentencia favorable refrendando lo acordado por los acreedores para, definitivamente, salir del proceso de quiebra. Finalmente, Rayet logró adhesiones de acreedores representativos del 74,2% del pasivo ordinario, votando en contra el 3,7%.
El juzgado había abierto la fase de convenio del Grupo Rayet el pasado mes de julio dando por finalizada la fase común del presente procedimiento concursal, y convocando en el mismo la junta de acreedores.
El concurso de Rayet sobrevino en 2012 al no llegar a un acuerdo con la firma Vallcab Capital (anteriormente conocida como Kavaal Real Estate y antes aún con CVC Capital), que pretendía ejecutar un préstamo de la extinta CVC, firma que controlaba el empresario Enrique Bañuelos, que Rayet asumió en el marco del acuerdo por el que pasó a controlar Astroc.
El detonante de que los acreedores se adhirieran mayoritariamente a la propuesta de acreedores presentada por Rayet se produjo en abril, cuando la constructora vendió acciones de Quabit, representativas del 1,36% de su capital social, y valoradas en 2,47 millones de euros. La venta se enmarcaba en el plan de viabilidad presentado junto a la propuesta de convenio, y tenía como fin lograr recursos para atender a los créditos contra la masa y otros compromisos.
Era el segundo hito en esta estrategia seguida por la empresa administrada por Félix Abánades. Antes, en junio de 2014, Rayet ya se aseguraba el éxito de la operación al alcanzar el acuerdo con una de sus entidades financieras acreedoras, que se comprometía a adherirse a su convenio de acreedores, con lo que la compañía ya entonces se garantizaba alcanzar el 57% de las adhesiones.
Ya en octubre de 2013, Rayet Construcción, filial del Grupo Rayet, superó el concurso de acreedores en que se encontraba desde marzo de 2012 después de que el Juzgado de lo Mercantil número 4 de Madrid ratificase el convenio de acreedores y el plan de pagos.