Hace unos años había insumisos a la ‘mili’, otros que, con no pocas razones, declaran su insumisión al Fisco, y luego hay empresas, como la inmobiliaria catalana Fergo Aisa, que ha decidido instalarse en la insumisión reguladora.
Como empresa cotizada está obligada a dar cuenta a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de su gestión, ofreciendo cualquier novedad que se produzca acerca de la misma. Pues bien, lleva ya cuatro trimestres sin presentar resultados. Los últimos de los que se tiene constancia son los cerrados hasta septiembre de 2012, ni claro, tampoco el informe anual del pasado ejercicio.
Así, los bonistas que compraron los bonos para que la empresa pudiera financiarse no saben prácticamente nada de lo que va a pasar con su dinero. Lo último que supieron, según el hecho relevante remitido a la CNMV el pasado 10 de julio, hacía referencia a que, un día antes, el juzgado mercantil número 5 de Barcelona había declarado a Fergo Aisa en concurso de acreedores, con un pasivo de 250 millones de euros,, “habiendo acordado un régimen de intervención y no de suspensión de las facultades de su actual órgano de administración, y el nombramiento de un solo interventor que deberá ser nombrado por parte de la Comisión Nacional del Mercado de Valores”.
Que se sepa, este nombramiento no se ha producido, ni tampoco la supuesta alianza con un grupo de Arabia Saudí ni una nueva ampliación de capital. Nada de nada. En esta ocasión, el concurso fue solicitado por dos de sus exdirectivos, Juan Bautista Fernández y Rafael María Salido por unas deudas que ascienden a 576.275, 78 euros y 127.051,67 euros, respectivamente.
La enésima declaración de insolvencia venía de nuevo a echar por tierra los planes de futuro que Carlos Fernández, el presidente de la compañía, lleva años proclamando, y que, a la vista está, no tenían la más mínima consistencia.
Que todo era humo y un intento de salir al paso de los rumores se pudo ver el pasado mes de mayo, cuando, sin ton ni son, Fergo Aisa daba cuenta a la CNMV del acuerdo tomado por el consejo dos meses antes. Uno más, en el que se había acordado prorrogar el plazo de noventa días “a fin de poder concluir las negociaciones y acuerdos para la financiación de la compañía, presentar las nuevas oportunidades de negocio que, en su caso, podrían dar continuidad a la compañía, y de esta manera regularizar la actual situación de FERGO AISA, S.A, lo que conllevaría una vía de propuesta de satisfacción para los accionistas, bonistas y acreedores de la misma”. Mero humo que se lo ha llevado el viento, como en tantas ocasiones anteriores.