El proceso de reducción de activos inmobiliarios por parte de las entidades financieras españolas no ha parado desde hace siete años, pero el Banco de España alerta, en su último Informe de Estabilidad Financiera, que siguen resultando excesivos.
Si se agregan los activos dudosos y los adjudicados en pago de deudas se obtiene un importe de alrededor de 200.000 millones de euros, en junio de 2016, de activos improductivos mantenidos en balance que no generan ingresos en la cuenta de resultados.
En el último año, este importe de activos improductivos se ha reducido en un 12 %, si bien aún representa un porcentaje significativo del activo total de los bancos en su negocio en España y constituye un elemento de presión negativo sobre la cuenta de resultados y la rentabilidad de las entidades.
Los activos adjudicados o recibidos en pago de deudas procedentes de los negocios en España que poseen las entidades en sus balances descendieron un 1,4 % en el último año, hasta situarse alrededor de los 81 mm de euros.
Esta cifra de activos adjudicados se ha venido reduciendo, si bien de forma muy moderada, en los últimos años. Un 39% del total de activos adjudicados es suelo, un 25% son edificios terminados y un 22% son activos adjudicados procedentes de adquisiciones de vivienda. Finalmente, los edificios en construcción suponen, en junio de 2016, un 5% del total.
La evolución en los últimos años del valor contable bruto de los activos adjudicados o recibidos en pago de deudas provenientes de los negocios muestra cómo ha pasado de 85.000 millones de euros en diciembre de 2011 a 81.500 millones en diciembre de 2015.
No obstante, un análisis más detallado de su evolución nos muestra un comportamiento diferencial a lo largo de los años. Entre diciembre de 2011 y diciembre de 2013, los activos adjudicados se redujeron en 7.000 millones. Esta reducción se debió principalmente a los activos adjudicados que se traspasaron a la Sareb.
En total, el importe bruto transferido alcanzó los 32.000 millones de euros, con lo que sin esos traspasos, los activos adjudicados en los balances de las entidades habrían aumentado considerablemente en los años más complicados de la crisis.
A lo largo del año 2014, los activos adjudicados aumentaron más de 5 mm de euros, dado que los nuevos adjudicados que entraron en el balance de las entidades fueron superiores a las ventas por parte de las mismas.
Sin embargo, en el año 2015, esta tendencia se ha revertido por primera vez en los últimos años. Las ventas de activos adjudicados han superado los 11.000 millones de euros (lo que representa un 13,7 % del stock de adjudicados a comienzos de 2015), mientras que las entradas de nuevos adjudicados en los balances fue inferior a los 10.000 millones de euros. En conjunto, los activos adjudicados se redujeron casi 2.000 millones en 2015.
En ese contexto, la recuperación paulatina del mercado inmobiliario debería permitir a los bancos ir reduciendo progresivamente el importe de los activos adjudicados en los próximos años, disminuyendo así el lastre que suponen estos activos improductivos en su balance y contribuyendo, por tanto, a mejorar su rentabilidad.