En plena polémica por la excesiva afluencia de turistas a la Barceloneta, en la Ciudad Condal, y el cierre de establecimientos ilegales por parte del Consistorio, el barrio se enfrenta a otro asunto discordante relacionado con el turismo.
El de la conversión en hotel del edificio Palau del Mar. Unos, piensan, que ya no se necesitan más establecimientos hoteleros en la zona debido a la saturación existente. Otros, los dueños del inmueble, entienden que sí.
Para avivar el tema, el tercer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Antoni Vives se ha comprometido a hacer todo lo posible para no permitir el nuevo hotel proyectado.
Pórtico del Mar, actual concesionaria del inmueble, quiere convertir uno de los edificios del Palau del Mar, de 18.500 metros cuadrados, en un hotel situado en frente de la marina de lujo del Port Vell.
Pero para poder desarrollar el proyecto necesita que el Ayuntamiento de Barcelona tramite una modificación puntual del plan de urbanismo para cambiar el vigente uso del inmueble, para albergar oficinas, y, además, levantar el veto que supone la prohibición incluida en la Ley de Puertos del Estado de instalar hoteles a menos de 20 metros de distancia del mar, como es el caso.
En principio, todo parecía encauzado una vez que el grupo CiU en el Congreso de los Diputados había presentado una enmienda a la referida ley para reducir la distancia a 6 metros, lo que daba vía libre al Consistorio a permitir el proyecto de Pórtico de Mar. Lo justificaban bajo el argumento de quela distancia de 20 metros es “una transposición de la legislación de costas”, y que esta “carece de sentido en el ámbito portuario, en especial en las zonas de interacción ciudad-puerto”.
Ahora, habrá que ver en qué queda el tema, primero en el Congreso y después en el Ayuntamiento, tras la petición de retirada de la enmienda.
El resto de los partidos en la oposición, como el concejal de CiU, también han pedido la no aprobación de este proyecto para reducir la presión turística, ya que el 75% de los hoteles de la ciudad se concentran entre Ciutat Vella y el Eixample.