Madrid. La Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios, ASEFIGET, advierte que Real Decreto-ley 18/2012 sobre saneamiento y venta de los activos inmobiliarios del sector financiero, facilita ampliamente la especulación inmobiliaria, lejos de solucionar la crisis hipotecaria que están viviendo miles de ciudadanos.
Este decreto –en sus disposiciones finales– permite una exención del 50% en las ganancias patrimoniales que se generen de la venta de inmuebles urbanos y que hayan sido adquiridos entre el 12 de mayo y el 31 de diciembre de 2012. Permite que esa exención sea compatible con la exención por reinversión en una nueva vivienda, por lo que se tendrá que reinvertir únicamente el 50% del importe de la venta y no el 100% como ocurría anteriormente.
En este sentido, ASEFIGET destaca que, si bien esta nueva medida facilita una menor tributación por los beneficios obtenidos de la venta, no solventa en su totalidad el problema de miles de ciudadanos que tienen que vender su vivienda porque no pueden hacer frente a la hipoteca.
En este caso, se tendrá que tributar por el 50% si no reinvierte en una nueva o por la parte proporcional cuando el importe reinvertido sea inferior al total de lo percibido en la transmisión. Sin embargo, matiza la Asociación, el especulador que venda una vivienda adquirida en esas fechas y reinvierta esa cuantía en otra, no tendrá que pagar impuestos por ello.
ASEFIGET no entiende cómo el Banco de España hizo caso omiso a los informes de AIECA -Asociación de los inspectores de entidades de crédito del Banco de España que advertía en 2006 que el riesgo que estaban asumiendo las entidades financieras con la “burbuja inmobiliaria” en los últimos años era preocupante.
De hecho, también alertaron que, por esa misma razón, las entidades estaban operando sin las suficientes provisiones para hacer frente a las posibles pérdidas de los créditos destinados a los inmuebles. Ante esta evidencia, ASEFIGET se cuestiona por qué sabiendo esto el Banco de España no actuó y por qué, finalmente, la irresponsabilidad de los bancos siempre tienen que pagarla los contribuyentes.