Madrid. Al hablar de la Cascada de Escher hemos dicho que la extraordinaria sensación que el artista holándes pretende despertar con ella es la idea del móvil perpetuo. Decíamos, que en la litografía “el agua parece fluir alejándose hacia el fondo de la figura para, de repente, precipitarse por una cascada que vierte sus aguas en su mismo comienzo completando un ciclo infinito e imposible. La duración del fenómeno que se dibuja en élla es pues, eterna.
Afortunadamente, no parece que en la realidad vulgar las aguas circulen así. La realidad hace que las aguas de un río –de un mercado- pasen por diversos tramos en los que las cosas varían y aunque en su transcurso puede haber tramos con remolinos, como es el caso actual, el agua pasa, tras un tiempo de caos y turbulencias, y llega a zonas más tranquilas. E igual pasará en esta crisis, El remolino y las turbulencias son, hoy y aquí, extremos y por tanto muchos de sus navegantes naufragarán en ellos pero el mercado saldrá del Caos y un nuevo orden económico aparecerá… y así, probablemente, hasta el siguiente tramo-crisis.
Pero ahora estamos en el torbellino y en él algo habrá que hacer –mantenerse a flote y nadar en su caos- entre otras cosas porque la duración del mismo es indeterminada. Sin embargo son frecuentes los anuncios en los que algunos expertos del sector indican con firmeza cosas tales como: “Tardaremos al menos x años en salir de la crisis”, “la salida de la crisis no será antes del 20xx”, “ya se advierten señales de que la recuperación se está iniciando”, “no se espera la recuperación para antes del 20xx”… y expresiones parecidas.
Este tipo de declaraciones son abundantes, frecuentes, gozan de gran demanda por parte de los Medios de Comunicación y parecen hacer muy felices (si no fuese así no insistirían tanto) a sus autores. Pero la pregunta es: Y eso ¿cómo lo saben, si nadie puede conocer el futuro y en tiempos de Caos y Complejidad las proyecciones no sirven?
En vez de entretenerse en ello, mucho más interés tiene el decidir, si nadie sabe de verdad lo que va a durar esto, qué hacer mientras el Caos siga reinando. Navegar en este Caos es la tarea. Una tarea esforzada sobre la que revolotea un aspecto siniestro: las reservas de energía de los navegantes se están agotando. De hecho todos los ahogados en el remolino lo han sido por falta de fuerzas (económicas) para seguir nadando. En algún momento -llevamos tres años ya desde el inicio de la crisis que se inició la primera semana de agosto de 2007 y estamos ya en el cuarto- se han ido al fondo. Y ésta es la gran amenaza actual: a muchos de los resistentes se les están terminando las fuerzas.
Una aportación interesante a este respecto es el artículo que Intereconomía publica hoy (La duración de la crisis amenaza con llevar a la UVI a bancos y cajas) que aunque se refiere solamente al efecto pernicioso de la duración de la crisis en las entidades financieras, sus reflexiones bien pueden extenderse al conjunto de las empresas. Y si una parte de los suministradores de liquidez están teniendo el mismo problema… ¿qué les puede pasar a los que acuden a ellos en demanda de la misma?
Estamos en tiempos caóticos que necesita nadadores esforzados en busca de nuevas energías e ideas y que acepten que la duración de la crisis no puede entretenerlos lo más mínimo.