miércoles, 19 noviembre 2025
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Tendencias inmobiliarias europeas ante la desglobalización


El mercado inmobiliario europeo afronta 2026 condicionado por la incertidumbre geopolítica, el avance de la desglobalización y unas previsiones económicas moderadas. Estos factores están generando un clima de prudencia entre los directivos del sector, que observan cómo los riesgos globales influyen directamente en la confianza empresarial y en la planificación de inversiones. En este escenario, las capitales europeas con mayor estabilidad destacan como polos de atracción de capital.

La presión regulatoria, el encarecimiento de los costes de construcción y la competencia con otros activos financieros forman parte del entorno que condiciona las decisiones estratégicas. Las perspectivas de inversión evolucionan hacia un enfoque más pragmático, guiado por datos y visión de largo plazo. Según el análisis sobre las tendencias del mercado inmobiliario europeo elaborado por PwC, la competitividad dependerá cada vez más de la capacidad de adaptación y del uso eficiente del capital.

Pese al entorno complejo, las ciudades con mercados maduros y alta liquidez mantienen un interés creciente entre los inversores internacionales. Madrid y Barcelona refuerzan su posición dentro del ranking europeo, impulsadas por su atractivo económico y laboral. La proyección para los próximos meses apunta a un sector dinámico donde innovación, talento y buen gobierno marcarán las diferencias.

Datos relevantes

El 70% de los directivos está preocupado por el avance de la desglobalización.
El 90% muestra inquietud por la inestabilidad política internacional.
La confianza empresarial cae del 50% al 45%.
El 75% aplica soluciones basadas en inteligencia artificial, frente al 51% del año anterior.
Madrid mantiene la segunda posición como ciudad europea más atractiva para invertir.
Barcelona asciende al octavo puesto en el ranking europeo.

¿Cómo está afectando la desglobalización a la inversión inmobiliaria europea?

La desglobalización está modificando los patrones tradicionales de inversión y creando un entorno más sensible al riesgo geopolítico. Este contexto provoca cautela en los movimientos de capital y eleva la importancia de la estabilidad regulatoria y económica. Los inversores priorizan mercados consolidados, maduros y con liquidez suficiente para compensar la volatilidad global. Además, el aumento de costes y la competencia con activos como bonos o infraestructuras refuerzan la necesidad de enfoques más analíticos y selectivos. En conjunto, la desglobalización exige a las compañías anticipar escenarios, diversificar estrategias y fortalecer su capacidad de adaptación.

¿Qué sectores inmobiliarios muestran mayor potencial de crecimiento para 2026?

Los segmentos vinculados a vivienda en formatos flexibles o especializados —residencias de estudiantes, coliving, senior living o serviced apartments— mantienen una fuerte demanda estructural, lo que sostiene su atractivo para el capital internacional. A su vez, sectores emergentes como centros de datos e infraestructuras energéticas lideran el interés por su alineación con la digitalización y la transición energética. Aunque oficinas, retail e industrial se sitúan en posiciones intermedias del ranking, su evolución dependerá de la capacidad de los mercados para adaptar oferta, mejorar eficiencia y optimizar gestión de activos. La clave para 2026 será identificar nichos con crecimiento estable y modelos operativos sólidos.

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La profesionalización, el análisis riguroso y la visión estratégica serán los motores que definirán el liderazgo inmobiliario en Europa.

Tendencias emergentes en el mercado inmobiliario en Europa 2026, elaborado por PwC y ULI

Las expectativas de reactivación del inmobiliario europeo en 2026 se están viendo condicionadas por el impacto de la desglobalización y por la incertidumbre geopolítica y económica. Estos factores han transformado en pragmatismo el optimismo moderado que se vivía el año pasado entre los directivos del sector. Esta es una de las principales conclusiones del informe Tendencias emergentes en el mercado inmobiliario en Europa 2026, elaborado por PwC y Urban Land Institute, a partir de 1.276 entrevistas con los principales agentes de la industria (compañías inmobiliarias, fondos, inversores institucionales, entidades financieras, etcétera…). El estudio se ha presentado hoy en un acto que ha contado con la participación de Alfonso Brunet, CEO de Castellana Properties, Carmina Ganyet, directora general de Colonial y Alister Moreno, fundador y CEO de Clikalia.

El porcentaje de directivos de la industria inmobiliaria preocupados por el avance de la desglobalización se ha más que duplicado en los últimos dos años, y ya alcanza al 70% de los entrevistados en el estudio. Una circunstancia a la que se suma la inquietud generalizada (90%) por la inestabilidad política internacional, incluida Europa, la escalada de los conflictos globales (86%), y las débiles perspectivas de crecimiento en el viejo continente (77%).

Este contexto de recuperación económica incierta hace que la confianza empresarial entre los directivos del sector haya caído ligeramente (hasta el 45% comparado con el 50% registrado el año pasado) y se sustenta en una demanda desigual y en la preocupación por el incremento de los costes de construcción, la disponibilidad de recursos y el aumento de la regulación. A pesar de todo, las expectativas sobre la mejora de la rentabilidad para finales de 2026 crecen suavemente, del 46% al 50%.

La incertidumbre geopolítica y económica está afectando a la inversión y al despliegue del capital. El actual entorno de tipos de interés, todavía elevado, ha hecho entrar en competencia a los activos inmobiliarios con otros igualmente atractivos como los bonos y las infraestructuras. Un cambio sensible respecto al año pasado es que la liquidez que está llegando al mercado tiene su origen ahora en fuentes menos tradicionales y más emprendedoras, como los fondos de capital privado, grandes patrimonios y oficinas familiares europeas y de EE. UU.

Tendencias: la IA, en auge

La encuesta de este año revela que la inteligencia artificial está considerada como un motor de cambio rápido y creciente, con un aumento significativo en el uso de IA y/o aprendizaje automático en el sector inmobiliario: el 75% de los encuestados aplica soluciones basadas en IA frente al 51% del año pasado.

En los próximos 18 meses, se espera que la mayoría de los encuestados utilicen IA y/o aprendizaje automático en actividades que van desde marketing y alquiler (90%) hasta gestión de propiedades (87%), planificación y diseño (84%), así como tareas operativas (86%) y de gestión de activos (86%).

La sostenibilidad es otra tendencia que sigue presente en la industria inmobiliaria. El compromiso con la descarbonización es total. Sin embargo, se está produciendo un cambio en la forma de abordar la agenda en materia de sostenibilidad, con cierta resistencia hacia el exceso de regulación y burocracia e, incluso, al uso del acrónimo ESG. En este sentido, el 85% de los encuestados considera la sostenibilidad como un aspecto muy o algo importante, frente al 89% del año pasado, mientras que quienes la ven como un motor en la toma de decisiones y en la estrategia de sus compañías en los próximos cinco años han caído del 40% al 21%.

Madrid y Barcelona, en el top de ciudades atractivas para la inversión.

El informe incluye su tradicional ranking con las perspectivas de inversión de treinta grandes capitales europeas. En esta edición, las ciudades más valoradas son aquellas situadas en mercados maduros, con alta liquidez, fuertes expectativas de crecimiento, y estabilidad política y regulatoria.

Londres, Madrid, París y Berlín —en este orden— repiten este año como las cuatro ciudades más atractivas de Europa para la inversión y el desarrollo. Seguidas de Ámsterdam, Múnich, Milán, Barcelona, que asciende tres posiciones, Frankfurt y Hamburgo.

Madrid se mantiene en la segunda posición por segundo año consecutivo, gracias a sus perspectivas de crecimiento, pero también a su consistencia a la hora de atraer liquidez y desarrollar su mercado inmobiliario. Barcelona, por su parte, escala hasta el octavo lugar, también con el entorno macroeconómico y buen comportamiento del mercado laboral como atractivos.

Los sectores que hay que tener en cuenta

Los inversores europeos tienen muy en cuenta la situación de los distintos segmentos del mercado a la hora de localizar sus inversiones. Más del 40% de los encuestados sitúa al criterio sectorial entre los tres más relevantes en la toma de decisiones.

Los centros de datos, las nuevas infraestructuras de energía y las residencias de estudiantes repiten como los más relevantes. Entre los segmentos más tradicionales del inmobiliario, las oficinas, los activos industriales y de retail continúan en la parte media baja del ranking. Sin embargo, aquellos relacionados con la vivienda en sus distintas formas —residencias de estudiantes, serviced apartments, residencias de ancianos o soluciones de coliving— se mantienen en el top ten.

Para Miren Tellería, socia responsable del sector inmobiliario en PwC, “el sector inmobiliario español sigue despertando un enorme interés internacional; seguimos estando de moda, pero ahora nos toca demostrar por qué. El inversor global ya conoce el potencial de España y sabe que las oportunidades existen. Lo que busca hoy es quién sabe ejecutarlas. En este nuevo contexto, el talento español, el conocimiento local y las capacidades diferenciales serán los verdaderos factores que marquen la diferencia”.

Según Beatriz Toribio, directora ejecutiva de ULI Spain, “España se consolida como un destino de inversión sólido y estable, con ciudades que atraen capital internacional por sus perspectivas de crecimiento, estabilidad y proyectos a largo plazo. Debemos aprovechar esta oportunidad e ir un paso más allá porque, como destaca el informe, el inmobiliario no es solo un mercado, es una infraestructura estratégica para ganar en competitividad: impulsa tecnología, crecimiento, empleo, movilidad y resiliencia. Lo que hagamos hoy en el real estate determinará la competitividad futura de España —y de Europa— en un entorno global cada vez más exigente”.

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