Sanitas y la Norman Foster Foundation han celebrado una nueva edición de los “Healthy Cities” Public Debates, un ciclo internacional que busca repensar el urbanismo desde una perspectiva de salud pública. En este foro se ha puesto de manifiesto cómo la arquitectura y el diseño urbano pueden actuar como herramientas preventivas ante enfermedades asociadas al entorno construido. Factores como la contaminación del aire, la falta de zonas verdes o la ausencia de movilidad sostenible afectan directamente a la salud de la ciudadanía, según un estudio de BIOMA y Sanitas.
Durante el encuentro se abordaron casos prácticos de edificios concebidos desde el bienestar, como hospitales diseñados para reducir el estrés del paciente o espacios urbanos que incorporan la biofilia como principio estructural. Participaron expertos como Joseph G. Allen (Harvard), Marina Romanello (The Lancet Countdown), Mario Cucinella y Nigel Dancey (Foster + Partners), quienes coincidieron en que la forma en que construimos nuestras ciudades condiciona la salud física y mental de millones de personas. El debate también enfatizó el papel de la tecnología, con ejemplos como el uso de gemelos digitales para simular y mejorar entornos urbanos.
El evento forma parte del programa académico del Norman Foster Institute y se complementa con talleres formativos y actividades de investigación aplicada. En paralelo, Sanitas presentó proyectos como Healthy Cities —que transforma pasos ciudadanos en árboles plantados— y Mi Salud Genómica, que ofrece recomendaciones preventivas personalizadas. Esta visión integral conecta salud, sostenibilidad y acción urbana en un momento en que las ciudades deben actuar como escudos, no como factores de riesgo.
¿Quién puede aplicar este enfoque?
– Arquitectos, planificadores y administraciones que diseñan espacios urbanos.
– Empresas que promueven entornos laborales y residenciales saludables.
La salud urbana ya no es una consecuencia: debe ser un objetivo estructural del diseño de nuestras ciudades.
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Sanitas y la Norman Foster Foundation han organizado por tercer año consecutivo los “Healthy Cities” Public Debates, una iniciativa que busca concienciar sobre la importancia de integrar la salud en el diseño de las ciudades. En concreto, la edición de este año ha abordado cómo construir edificios más saludables, incorporar el bienestar en la arquitectura y fomentar entornos que refuercen el compromiso social.
La forma en la que están diseñadas las ciudades influye directamente en la salud de las personas. Cerca de 30.000 personas enferman o fallecen cada año en España por la acción combinada de cuatro factores medioambientales que influyen en la salud como son la contaminación del aire, las altas temperaturas, la escasez de zonas verdes y la falta de modelos de movilidad sostenible, según el estudio “Influencia del medioambiente urbano en la salud de las personas”, realizado por el Instituto de Biodiversidad y Medioambiente BIOMA de la Universidad de Navarra en colaboración con Sanitas. Esto demuestra que el entorno urbano puede actuar como un factor de riesgo o de protección para la salud, y por eso resulta clave repensar el modelo de ciudad desde la arquitectura y el urbanismo.
También los edificios que conforman las ciudades tienen un papel fundamental a la hora de mantener el bienestar y la salud de sus ocupantes y la configuración de un modelo de ciudad saludable. Esta ha sido la perspectiva que ha centrado el tercer encuentro de debate impulsado por la Norman Foster Foundation y por Sanitas.
Los debates han reunido a referentes internacionales en planificación urbana, diseño arquitectónico y salud. Entre ellos, destacan Marina Romanello, directora ejecutiva de The Lancet Countdown; Mario Cucinella, fundador y presidente de Mario Cucinella Architects; Nigel Dancey, socio ejecutivo senior y director de Estudio en Foster + Partners; Joseph G. Allen, director del Healthy Buildings Program de la Universidad de Harvard y el propio Norman Foster, presidente de la Norman Foster Foundation. Las intervenciones han explorado estrategias para incorporar la salud en la arquitectura, fortalecer la conexión entre bienestar y entorno físico, y se han presentado ejemplos prácticos de este modelo especialmente aplicados a los edificios sanitarios.
La jornada ha arrancado con varias ponencias, seguidas de un diálogo centrado en la visión práctica con ejemplos de edificios diseñados con el foco puesto en la salud y en la integración del espacio con la naturaleza mediante el uso de la biofilia. Así, los arquitectos Cucinella y Dancey han presentado algunos de sus proyectos más recientes, centrados en intervenciones que integran sostenibilidad, bienestar y comunidad. A través de su exposición, Cucinella ha recalcado que “los elementos que hay que tener en cuenta para lograr una ciudad más saludable son el entorno, los espacios y la comunidad. Los proyectos deben conectar los tres y lograr así edificios más amigables, donde lo que cuenta sea la experiencia”. A este respecto Dancey ha afirmado que “el diseño de los hospitales debe tener al paciente, sus familiares y la comunidad en el centro”. En este punto, Romanello ha destacado que la tecnología puede colaborar con la arquitectura para “mejorar y entender procesos por ejemplo, a través de gemelos digitales”.
El acto ha concluido con una conversación entre Norman Foster, presidente de la Norman Foster Foundation, Joseph G. Allen, director del Healthy Buildings Program de la Universidad de Harvard y, Yolanda Erburu, Chief Sustainability & Corporate Affairs Officer de Sanitas y Bupa Europa y Latinamerica. Un bloquecentrado en la importancia de diseñar edificios saludables y el papel estratégico de las ciudades para la protección de la salud pública y la naturaleza. Según las últimas investigaciones sobre edificios lideradas por el profesor de Harvard, Joseph G.Allen: “nos encontramos en el principio del fin de las ciudades no saludables. La salud no estaba entre las prioridades de nuestros edificios, pero en el futuro serán más saludables, sostenibles y resilientes.
Por su parte, Norman Foster ha recalcado “tenemos los conocimientos y la tecnología para conseguir que los edificios sean más saludables. Debemos, por tanto, prestar atención a los beneficios de cuidar la salud y las ciudades”.
A su vez, Yolanda Erburu ha recordado que “Sanitas trabaja desde hace años en lograr los cambios que son necesarios para lograr ciudades más saludables. Desde la iniciativa Healthy Cities, para animar a las personas a caminar y aportar sus pasos para plantar árboles. Y desde hace unos meses a través del proyecto Mi Salud Genómica, a través del cual se ofrecen recomendaciones de salud y estilo de vida para la prevención de enfermedades”.
Este debate ha servido, un año más, como cierre del módulo de salud del máster “On Sustainable Cities”, que imparte el Norman Foster Institute con el apoyo de Sanitas y Bupa, matriz internacional de Sanitas. Como parte del programa educativo asociado al ciclo, los ponentes del Healthy Cities Public Debate también participan en un workshop formativo dirigido a estudiantes internacionales, donde imparten clases magistrales y tutorizan proyectos de investigación centrados en la mejora de la salud urbana.
Este año, Catherine Cummings, directora de Sostenibilidad y RRII de Sanitas y Bupa Europa y Latinamericay, Nuria Benito Frías, Clinical Governance Manager,han impartido una sesión sobre las soluciones asistenciales que ha desarrollado la compañía, y su experiencia en el apoyo a diferentes ciudades españolas hacia modelos más verdes y saludables. En este sentido, han destacado la aplicación del programa Healthy Cities y su proyecto de regeneración urbana con los que ha generado un impacto positivo en siete ciudades españolas e impactado en la salud de las comunidades que ahora tienen acceso a más zonas vedes.