El Ayuntamiento de Madrid, encabezado por José Luis Martínez-Almeida, ha presentado el Plan RESIDE, un proyecto que sustituirá al Plan Especial de Hospedaje (PEH) de 2019, con el objetivo de proteger el uso residencial en la ciudad. La medida busca abordar tres objetivos fundamentales: frenar la pérdida de población en el centro, ampliar la oferta de viviendas residenciales y ordenar la actividad turística en beneficio de la convivencia entre vecinos y visitantes. La Modificación del Plan General necesaria para implementar estas medidas será aprobada inicialmente en diciembre y se someterá a información pública antes de su adopción definitiva.
El Plan RESIDE regula los pisos turísticos para evitar su dispersión en edificios residenciales, promoviendo su concentración en inmuebles destinados exclusivamente a esta actividad. En el centro histórico, delimitado por un perímetro de calles clave, se prohíben los pisos turísticos en edificios residenciales y locales comerciales, permitiendo solo su instalación en edificios no residenciales. Fuera del centro histórico, los pisos turísticos deberán tener acceso independiente. Además, el Ayuntamiento impulsará incentivos urbanísticos para transformar oficinas en viviendas y permitirá la rehabilitación de equipamientos dotacionales privados obsoletos en viviendas de alquiler asequible o coliving.
Regulaciones estrictas para el centro histórico
El Plan RESIDE define el centro histórico como el área con mayor presencia de pisos turísticos y pérdida de activos residenciales. En este ámbito, los pisos turísticos no podrán operar en edificios residenciales, ni siquiera en plantas bajas con acceso independiente, como se permitía anteriormente. Solo se permitirá su uso en inmuebles completos destinados a la actividad turística, con licencias temporales de 15 años, siempre que se rehabiliten y restauren los edificios afectados. Al término de este periodo, los inmuebles deberán volver a su uso residencial original.
La normativa también protege el comercio local en el centro histórico, prohibiendo su transformación en pisos turísticos. Desde 2015, más de 3.000 locales han sido convertidos en viviendas o pisos turísticos, afectando negativamente a los negocios de proximidad. Con el Plan RESIDE, esta práctica queda prohibida en las principales vías comerciales, asegurando que los vecinos cuenten con servicios básicos y fomentando la cohesión comunitaria.
Incentivos para recuperar uso residencial y sanciones
Para fomentar la recuperación del uso residencial, el Ayuntamiento ofrecerá incentivos urbanísticos, como incrementos en la edificabilidad, para transformar edificios terciarios en viviendas. También se permitirá la conversión de equipamientos dotacionales privados en viviendas asequibles o coliving, siempre que sean rehabilitados y protegidos bajo un plan especial. Actualmente, hay más de 200 edificios en el centro histórico con estas características que podrían beneficiarse de la medida.
El Plan RESIDE incluye un régimen sancionador más estricto para los pisos turísticos ilegales. Las multas para quienes operen sin licencia comienzan en 30.000 euros y pueden alcanzar los 100.000 euros por infracciones repetidas. Además, el Ayuntamiento ha incrementado en un 15 % la plantilla de inspectores para reforzar la vigilancia, asegurando el cumplimiento de las normativas. Desde 2023, se han ordenado más de 350 ceses de actividad y revertido 221 pisos turísticos a uso residencial.
Estas medidas forman parte de una estrategia más amplia para equilibrar el mercado de hospedaje en Madrid y garantizar que el uso turístico no interfiera con el derecho de los ciudadanos a una vivienda digna. Con el Plan RESIDE y la modificación del Plan General, el Ayuntamiento busca establecer un modelo sostenible que combine desarrollo urbano, protección del comercio local y calidad de vida para los residentes.