La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) le ha visto las orejas al lobo con el ritmo mortecino que estaban teniendo las ventas este año, con la peor media diaria de viviendas colocadas -apenas 25-, y ha decidido coger el toro por los cuernos.
Nadie entendía que el resto de actores inmobiliarios -sobre todo, los bancos- estuvieran vendiendo a manos llenas, aprovechando el tirón de la demanda que se viene registrando, a pesar de las incertidumbres que se ciernen sobre el panorama político, y, por eso, la sociedad presidida por Jaime Echegoyen se ha decidido a poner en el mercado algunos de los activos con mejor cartel para ser vendidos, como son los situados en las áreas metropolitanas de Madrid y Barcelona
En este sentido, el lema de la campaña es inequívoco para saber por dónde van los tiros. En clave nomenclatura ‘tarjeta de embarque aeroportuaria’, «MAD-BCN/BCN-MAD» incluye 1.300 viviendas para ser vendidas a lo largo de todo el verano, hasta el próximo 20 de septiembre.
Los activos incluidos en la campaña forman una cartera muy competitiva tanto por sus precios como por su ubicación. Madrid (12.921) y Barcelona (9.313) fueron las provincias donde se registró un mayor número de compraventas en el primer trimestre de 2016, según los datos de la Agencia Notarial de Certificación (ANCERT), y constituyen mercados clave para el negocio de Sareb.
Al listado completo de los inmuebles se accede a través de un site específico que permite buscar por ubicación, acceder a información detallada y solicitar más datos por correo electrónico o teléfono.
El parón de las ventas de Sareb se venía produciendo después de que los cuatro servicers en los que se apoya (Altamira Asset Management, Haya Real Estate, Servihabitat y Solvia) estuvieran ya trabajando a pleno rendimiento.
Aunque es cierto que muchos de los activos del banco malo resultan difíciles de vender hasta por los mejores profesionales inmobiliarios, ahora, con estos inmuebles en Madrid y Barcelona, se presupone que se facilita mucho la labor de comercialización.
Al menos, eso es lo que esperan los responsables de la sociedad, en la que el Estado tiene el 45% del capital a través del Frob y que todavía resta por devolver 47.000 millones de euros de los 51.000 que recibió entre 2012 y 2013 para comprar los activos tóxicos de las cajas de ahorros que habían recibido ayudas públicas.
