Unas recientes jornadas de participación ciudadana celebradas en Zaragoza, en torno a temas urbanísticos, ha puesto sobre la mesa una cruda realidad, la de que la remodelación del estadio municipal de La Romareda no es una prioridad en la actual situación económica y política, aunque el Ayuntamiento, como propietario del campo, reconozca que el actual estado del recinto deportivo exige algún nivel de inversión.
No obstante, si finalmente se llevara a cabo la remodelación integral, el consistorio zaragozano deja claro que el coste debe ser el mínimo posible e ir hacia fórmulas que permitan costear las obras, con la gestión de los usos que se hagan tanto dentro del estadio como en la zona terciaria anexa al mismo.
En este sentido, el Ayuntamiento rechaza de plano el uso de vivienda y se opta por otros usos productivos, como comerciales, de restauración o complementarios con otros equipamientos cercanos como el hospital o la universidad.
A partir de aquí, desde el Ayuntamiento se reconoce que los beneficios de la explotación de estos usos serían compartidos entre el consistorio y el club de fútbol, intentando involucrar a otras administraciones, como el Gobierno de Aragón o la Diputación de Zaragoza, o entes, como la Federación Española de Fútbol o la Liga de Fútbol Profesional, a que colaboren en la financiación y explotación del campo.
También se ha lanzado la idea de vincular a la afición u otros actores en la financiación mediante algún sistema de patrocinio social del campo. En cualquier caso es obligatorio que las obras de remodelación sean sufragadas en parte por la propia Sociedad Anónima Deportiva, con los plazos que sean posibles.
Con todo, el Ayuntamiento deja claro que, si existiera algún tipo de aportación (añadida al propio estadio) para la remodelación del campo de fútbol, ésta no podría detraerse de los presupuestos ni ingresos ordinarios del Ayuntamiento, y no comportaría ninguna operación especulativa vinculada a vivienda. Además, se entendería siempre como parte del anticipo que debería ser recuperado con la propia explotación del campo.
Desde el punto de vista deportivo, se debe tener en cuenta un marco de uso y estabilidad al Real Zaragoza por el valor añadido que aporta, pero también es necesario dar cabida en La Romareda a otras realidades deportivas.