Bami Newco, inmobiliaria controlada por Joaquín Rivero y en concurso de acreedores desde mediados de 2013, acaba de entrar en fase de liquidación, según el auto dictado por el Juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid, y a propuesta de la propia empresa, que se acogió a la Ley Concursal con una deuda de 652 millones de euros, al no lograr un acuerdo con los bancos para su refinanciación.
Bami contaba con activos por valor de 726 millones para afrontar este pasivo, según el informe que la administración concursal publicó a mediados del pasado año.
Fue constituida en 2007 después salir del capital de Metrovacesa, inmobiliaria en la que llegó a ser accionista de control tras la OPA que lanzó en 2004.
La nueva inmobiliaria solicitó el concurso voluntario después de que a finales de 2012 Rivero y la familia Soler también declararan en concurso las respectivas sociedades instrumentales a través de las que canalizaban las participaciones del 16,6% y del 15,6% que entonces tenían en la inmobiliaria francesa Gecina. En 2013 vendieron la deuda vinculada a estas inversiones, que tenían las propias acciones de Gecina como garantía, a los fondos Blackstone e Ivanhoé Cambridge.
La compañía había solicitado voluntariamente el concurso al no lograr alcanzar con su sindicato de bancos un acuerdo de financiación a largo plazo que le otorgase la estabilidad financiera necesaria para desarrollar su actividad.
Contaba con una cartera de edificios de oficinas en explotación ubicados en el Norte de Madrid que suman 127.500 metros cuadrados, con un porcentaje medio de ocupación del 90% con contratos a largo plazo con clientes de la máxima solvencia, entre los que figuran empresas del Ibex 35. Además, la compañía tenía pendiente la construcción de dos edificios del complejo empresarial de oficinas 'Adequa', que presentan 27.000 metros cuadrados más.
Había cerrado 2012 con una pérdida de 15 millones de euros, consecuencia del coste de cancelación de sus coberturas de derivados y de la pérdida de valor registrada por los edificios que aún no se han puesto en explotación.
A pesar de que paga puntualmente desde su constitución los intereses de su deuda, cuyo principal vencía este año 2015, la inmobiliaria consideró fundamental acogerse al concurso para el desarrollo de una actividad patrimonial y para llevar a cabo sus proyectos una financiación estable y a largo plazo.