viernes, 27 junio 2025
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¿Neolengua en la Asociación Española de Banca?

Madrid. Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), acaba de hacer  una extraordinaria aportación a la neolengua  española, cuando,  en el seminario sobre competitividad y la marca España que la Asociación de Periodistas de Información Económica (Apie) organizó esta semana en Santander, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), afirmaba: “No se ha valorado en la sociedad ni en los tribunales que las cláusulas de suelo son tan sólo un mecanismo para evitar la variabilidad de los tipos de interés y como tal, es un producto beneficioso para la sociedad, la banca, los prestatarios y todo el mundo”. 

Como bien  sabrá el lector la neolengua es una palabra nueva –un neologismo- creada  por el escritor George Orwell en su novela 1984, en la que un poder absoluto –el Gran Hermano- la utiliza como herramienta para la limitación y manipulación del pensamiento de los ciudadanos. El uso que de la neolengua hacen los gobiernos y los Poderes públicos, Privados o Incógnitos es muy amplio. 

Pero volviendo al párrafo indicado, en el mismo cabe distinguirse varios aspectos, a saber:

1 La queja del banquero a causa de la incomprensión que una característica técnica de algunos  préstamos variables – la existencia de un límite inferior a la variabilidad del tipo de interés pactado (la cláusula suelo) ha suscitado entre los prestatarios.

Que el trabajo bien hecho por algunos  no obtenga la recompensa moral –al menos, las gracias- por parte de los beneficiados es  lamentable sin duda alguna, siendo así muy entendible la queja del benefactor. Pero, lo ocurrido en España con las cláusulas suelo de los préstamos hipotecarios… ¿es sólo un asunto de incomprensión y egoísmo del prestatario o será más bien una sensata reacción del que se siente maltratado por la acción del primero?  ¿De verdad que las cláusulas de suelo son un invento del que sentirse orgulloso, según han opinado algunos Señores del Dinero, o es en cambio, uno perverso, como han opinado otros? 

No cabe quejarse pues de incomprensión de los particulares afectados, porque razones para quejarse y estar dolido –y más empobrecido-  por la aplicación de la cláusula suelo, “haberlas, haylas”.

Olvídese pues, don Miguel, de las quejas por la incomprensión de sus clientes, pues estos jamás los querrán. Algunas de las acciones de los Señores del Dinero  cuya asociación usted preside, han sembrado tanto pesar en estos últimos años en España que puede estar seguro que recogerán, además de sus dineros, sus tempestades.

2 Que eso no sólo haya ocurrido en la sociedad civil, sino que esa incomprensión se haya extendido también entre los tribunales de Justicia.

Entender que los razonamientos de los Bancos sobre las cláusulas de suelo hayan sido ninguneadas por los jueces  –“No se ha valorado…” es un claro ejemplo de neolengua. Con el uso que se hace de la frase anterior se oscurece el hecho de la condena firme –si bien en ciertas condiciones y sólo sobre algunos Bancos- recibida por los Tribunales sobre este asunto, al sustituirse la referencia a la condena por el muy educado “No se ha valorado”.

3 ¿Y qué es lo que no se ha valorado por parte de la Sociedad y los Tribunales?: pues que “las cláusulas de suelo son tan sólo un mecanismo para evitar la variabilidad de los tipos de interés”.

Otra frase típica de neolengua. Si en la anterior había un oscurecimiento de un concepto corrosivo –la condena en los tribunales- al ser sustituido por el uso de otro mucho más suave: -la no estimación del valor de las cláusulas suelo- en este caso la perversión del lenguaje consiste en hablar de un aspecto pero no el de su complementario, alejando así la atención del lector.

Véase, como  al definir la cláusula de suelo como se ha hecho no es que se mienta, porque es cierto que su efecto es el indicado, sino que su definición hurta una discusión: la de que si los contratos deben de estar equilibrados, la aplicación de una cláusula de suelo en el mismo… ¿no exigiría el correspondiente establecimiento de una cláusula de techo? Porque, como no puede ignorar el presidente de la AEB, Miguel Martín, la aplicación de una cláusula techo también es “un mecanismo para evitar la variabilidad de los tipos de interés”.

4 “…las cláusulas de suelo son tan sólo un mecanismo para evitar la variabilidad de los tipos de interés y como tal, es un producto beneficioso….”

Nótese la finura de la falacia: “evitar la variabilidad de los tipos de interés… es… beneficioso… “, 

Advierta un aspecto  elíptico, sutil, que ya hemos apuntado: la cláusula techo, evitando al alza la subida excesiva del tipo de interés aplicable sí sería beneficiosa para el prestatario y negativa, la imposibilidad de beneficiarse de la bajada en el caso contrario; y aún cuando ambas evitan la variablilidad (más allá de los límites establecidos) sólo el límite superior (el techo) es beneficiosa para el prestatario.

Un segundo es más áspero, puesto que si lo bueno para el prestatario  proviene de la existencia de ese mecanismo de evitación de la variabilidad de los tipos de interés, lo malo debe venir de la propia variabilidad que, en opinión del prestamista, ese mecanismo evita; entonces… ¿por qué concederlos a tipo variable?

Y un tercero es que la frase entera es falaz, pues los límites superior e inferior del tipo de préstamo no influyen para nada sobre la variabilidad de su evolución. El tipo de interés varía por otras causas. El establecimiento del suelo o del techo, o de ambos, sólo limita el valor del índice de interés a utilizar en los cálculos de amortización. 

5  Y que todo lo dicho sea beneficiosos “para la sociedad, la banca, los prestatarios y todo el mundo” es ya una exageración… no exenta de neolengua. Que la inclusión de una cláusula de suelo en un contrato a interés variable sea beneficioso para la Banca ni se discute porque es evidente. Tanto, como perjudicial es para el prestatario, porque a causa de esa cláusula ése no se puede beneficiar de la bajada del tipo de interés más allá del límite fijado, en caso de ocurrencia.

Esto no, lo puede ignorar el autor de esas frases, entonces… ¿por qué lo dice?

Quizás porque la mezcla de sujetos en la misma bolsa disimula bien lo distinto de sus intereses y la contundencia de su expresión dificulta otros pensamientos contrarios.  Y esa es también una función de la neolengua.(”La finalidad de la neolengua no era aumentar, sino disminuir el área de pensamiento…”)

En fin, que le deseamos días más felices.

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