Madrid. El Congreso de los Diputados acaba de acoger un debate algo más que acalorado sobre el tema de la dación en pago y los desahucios hipotecarios. Acudían a la Comisión de Economía del Congreso, Javier Rodríguez Pelliero, vicesecretario general de la Asociación Española Bancaria (AEB), y la portavoz de la Plataforma de Afectados por las Hipotecas (PAH), Ada Colau. Y la cosa fue a mayores.
Pellitero, durante su comparecencia, echó balones fuera y defendió, como no podía ser de otra manera el sistema hipotecario español, que ha permitido que el 82% de los españoles accedan a la vivienda en propiedad, no por la benevolencia de las entidades financieras, sino porque tras las garantías hipotecarias hay un procedimiento de ejecución muy eficaz y por el sistema de responsabilidad patrimonial, sustentando en estas dos premisas una realidad, la de que el 96% de las personas hipotecadas están al corriente de pago.
Pero la cosa se torció cuando el representante de las entidades financieras aludió a los “efectos colaterales”, en forma de pérdida de vivienda, que se producen con el 3% restantes, rechazando, a rengón seguido, la implantación generalizada de la dación en pago para no vulnerar el denominado “principio de irretroactibilidad”,
Y en esto que le llegó el turno a Colau, quien, ni corta ni perezosa, señaló que “decir que la legislación española es estupenda cuando hay personas que se están quitando la vida por una ley injusta es absolutamente criminal. Les aseguro que no le he tirado un zapato porque quería explicar mi punto de vista. Es un criminal y deberían tratarle así, no es un experto”.
Lo hacía como colofón a su acalorada intervención en la que se refirió a las entidades financieras como las que han causado el problema y han arruinado el país, poniendo en cuestión las palabras de “supuestos expertos a los que se está dando excesivo crédito” en relación con el problema de los desahucios.
Tras las advertencias de Santiago Lanzuela, presidente de la comisión, Colau replicaba en el sentido de que la llamada de atención la tendría que haber hecho a Pellitero el problema existente, despreciando e insultando, a su juicio, a quienes lo están sufriendo.