Madrid. Lo que sea con tal de evitar pedir el rescate. En esas está el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aunque las presiones para que España solicite la ayuda sean cada vez más intensas. Ayer, sin ir más lejos, los grandes banqueros europeos también abordaron esta hipótesis como algo prácticamente seguro. Pero Rajoy no se resigna y ha dado orden a sus principales asesores en materia económica para que escudriñen cualquier vía de escape que haga posible evitar lo inevitable según algunos, cada vez más numerosos.
Y parece que algo han encontrado. Seguramente se toparía con todas las resistencias habidas o por haber, pero cabría la posibilidad de que, como el Eurogrupo ha otorgado a España una ayuda de 100.000 millones para recapitalizar a las entidades financieras con problemas, se destinara lo que sobre de ese crédito para comprar deuda. El montante de ese sobrante no se sabrá hasta que Oliver Wyman fije la próxima semana la cantidad exacta de capital que las entidades van a necesitar. A partir de ahí, quedaría el camino expedito para transitar por esta vía.
Al menos aparentemente. Habría que ver la respuesta de los socios europeos y, de aceptar la propuesta, si los intereses a pagar serían los mismos fijados para la ayuda o serían superiores, en cuyo caso igual la operación no saldría a cuenta.
La jugada es arriesgada y puede disgustar a más de un socio europeo, no dispuesto a que salga más dinero del estrictamente necesario para ayudar a la banca, pero su puesta en práctica no sería algo que el Gobierno se sacaría de la chistera sin más, ya que se contempla como una de las condiciones recogidas dentro del Memorando de Entendimiento firmado el pasado 20 de julio.
Con todo, que finalmente se acepte puede no ser tan fácil. En el seno del Eurogrupo existe una fuerte corriente que aboga por el rescate y no van a aceptar por las buenas que España gane tiempo con esta medida. El órdago está listo para lanzarse en cuanto se conozca la cantidad sobrante siempre que la prima de riesgo no se relaje más de lo que lo está haciendo y el interés del bono a diez años se sitúe de nuevo más cerca del 5% que del 6%.
De salir adelante, hablaríamos de una cantidad de entre 35.000 y 40.000 millones que ayudaría a rebajar considerablemente la presión sobre esa prima de riesgo, que bajaría en un santiamén de manera vertiginosa. Se verá.