Madrid. Poco a poco, el mercado de energías renovables se está haciendo un hueco en los planes de compraventa de empresas a nivel internacional, y los problemas de financiación para llevar a cabo nuevos proyectos, en muchos casos por las fuertes restricciones públicas, van a hacer que en los próximos meses sea este sector uno de los más activos en el cierre de operaciones.
Aunque la cautela siga presidiendo la estrategia a seguir por los grandes fondos de capital riesgo, los principales artífices de dinamizar este mercado, durante el primer semestre de este ejercicio se han anunciado operaciones por valor de 9.000 millones de euros, ligeramente por encima de los datos barajados en el mismo periodo de 2011.
Y las perspectivas resultan esperanzadoras de cara al futuro, como lo demuestra el hecho de que más del 85% de los agentes inversores del sector entiende que las líneas de financiación en este sector se van a incrementar y mantenerse altas en los próximos cinco años.
Además, las fusiones se vislumbran como la gran alternativa, sobre todo por el empuje de esos fondos de infraestructuras y de riesgo, tomando el relevo de las ‘utilities’, más activos en tiempos precedentes. Tampoco resultará extraño ver un aumento del papel a jugar por parte de los productores de energía independientes.
Por sectores, la energía solar fotovoltaica, con casi un 30% de la inversión, y la biomasas, por encima del 20%, serán los subsegmentos con mayor predicamento inversor. En un escalón inferior estaría la energía eólica de tierra.
Como en tantos otros mercados, el poder inversor procedente de China también quiere hacerse un hueco en el sector de renovables, como cabeza de los países asiáticos, de donde procederá buena parte de la inversión. Como destino principal para las inversiones, casi la mitad de los gestores eligen Estados Unidos, seguido de India y China.