Madrid. Hace escasamente un mes que la ministra de Fomento, Ana Pastor, presentaba el Plan de Eficiencia Aeroportuaria y ya hay un primer aeropuerto que se ve afectado por la medida. Será el de Vitoria. Hasta el 23 de agosto permanecerán disponibles las instalaciones las 24 horas del día. A partir de esa fecha, solo estará operativo de lunes de a viernes durante doce horas, de 8,30 a 20,30 horas, quedando cerrado por la noche y noche, al igual que sucederá los sábados y domingos, por no existir operaciones programadas.
La medida tiene su lógica toda vez que la terminal de Foronda dedica toda su actividad a la carga, ya que el tráfico regular de pasajeros que realizaba la filial de Iberia, Air Nostrum, finalizó el 28 de febrero de 2011. El pasado año tuvo un tránsito de tan solo 28.164 pasajeros, unos 37 millones de kilogramos de mercancías y 7.582 operaciones, de las que tan sólo 2.589 fueron comerciales.
Desde entonces no opera ninguna línea regular de pasajeros y los vuelos chárter se producen habitualmente en los meses de verano y períodos vacacionales. En este sentido, los vuelos extras que se programen se atenderán siempre que se comuniquen al aeropuerto con tiempo. Se efectuarán, incluso fuera del referido horario operativo, los trayectos que se presenten si se solicitan con al menos cuatro horas de antelación.
Al de Vitoria le seguirán en los próximos meses medidas similares en los restantes 16 aeropuertos y dos helipuertos a los que afectan las restricciones recogidas dentro del Plan de Eficiencia Aeroportuaria del Ministerio de Fomento para adecuar la oferta de servicios a la demanda real que presenten en cada momento. Se trata de un Plan Estratégico elaborado para instalaciones deficitarias, con menos de 500.000 pasajeros al año y destinado a mejorar sus resultados económicos.
El Plan contará con tres ejes de actuación. Por una parte, el ajuste del horario a la demanda de vuelos, distinguiendo la franja horaria del aeropuerto de la del aeródromo, que determina el nivel de salvamento y extinción de incendios. Por otra, la adecuación de los servicios a las necesidades, de manera que, en las franjas en las que no haya presencia de pasajeros, y sin menoscabo del nivel de calidad, algunos servicios se adecuarán a las necesidades reales. También se atenderá la flexibilidad de la jornada y polivalencia y movilidad en las plantillas.