Madrid. Durante los últimos años se ha puesto muy de moda criticar duramente a uno de los sectores económicos más importantes del país, el Sector Inmobiliario-Constructor, el cual dicho sea de paso, ha sido el motor de crecimiento económico y social de la última década, posibilitando que España se situara como una potencia económica de primer nivel en el mundo. La íntima relación que tiene dicho sector con los sectores turístico y de servicios, los otros generadores de riqueza en el país, así como la ampliación del mismo hacia campos de investigación y explotación de recursos energéticos, lo sitúa como uno de los sectores económicos más importantes dentro del espectro de las actividades económicas que pueda realizar un país.
Asimismo, el grado de aplicación de investigación y tecnología que tiene el Sector Inmobiliario-Constructor es de los más altos que quepa considerar, al igual que la preparación y cualificación técnica de los profesionales que trabajan en el mismo, que de ninguna manera son mayoritariamente jóvenes y/o inmigrantes sin preparación como quieren hacernos creer determinados medios de información. Más bien al contrario, el nivel de preparación de dicho sector es de los más altos del mundo, comprendiendo desde licenciados en carreras técnicas de notoria dificultad, (Ingenieros de Caminos, Arquitectos, Ingenieros de Edificación, etc.), hasta profesionales altamente cualificados de empresas que recorren prácticamente todos los espectros de la actividad económica, (Técnicos instaladores, transportistas, abogados, comerciales, publicistas, calculistas, etc.). El Sector Inmobiliario-Constructor es también un pionero en la aplicación del I+D+i, desde la investigación en nuevos materiales de construcción, hasta sistemas constructivos, energéticos, de diseño, montaje, transporte, y en un largo etcétera de aplicaciones utilizadas en el sector.
El reiterado y perjudicial ataque al Sector Inmobiliario-Constructor español llevado a cabo por determinados medios de comunicación, autodenominados «expertos inmobiliarios» ávidos de vender libros, y especialmente, por el actual Gobierno de la Nación, ha consolidado la criminalización de uno de los sectores económicos más importantes del país, que unida a la restricción crediticia de la Banca a la empresa privada y las familias, ha derivado en el derrumbamiento de dicho sector, que ha venido acompañado del aumento histórico de las cifras de paro en el país, la depresión económica y el paulatino empobrecimiento de las familias españolas. A esta disparatada acción de acoso y derribo se han unido determinados países de la órbita europea que mediante el continuo goteo de noticias extremadamente bajistas y catastróficas, pretenden mermar la capacidad expansiva de nuestras empresas inmobiliarias y constructoras en el continente europeo así como la compra a precio de saldo de promociones actualmente paralizadas, fruto del trabajo y esfuerzo de miles de empresarios españoles del Sector Inmobiliario-Constructor.
Sin negar el más que excesivo crecimiento del sector durante estos últimos años, y sobretodo el perjudicial modelo de crecimiento del mismo, totalmente insostenible y degradador de nuestro patrimonio natural y arquitectónico, es absolutamente fundamental para la mejora de nuestra economía nacional, el poder adquisitivo y la mejora social de la Sociedad Civil Española, el cese de los ataques y manipulaciones vertidas hasta la fecha en contra de nuestro Sector Inmobiliario-Constructor, fuente de riqueza y bienestar social que debe ser protegida*, optimizada y mejorada día a día.
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*: El Sector Inmobiliario-Constructor no ha recibido ninguna ayuda ni subvención estatal hasta la fecha, contrariamente a muchos otros sectores económicos, como la automoción o la generación de energía, por poner algunos ejemplos. Por el contrario, el Sector Inmobiliario-Constructor, precisamente por ser altamente rentable y productivo, no ha necesitado de ningún tipo de ayuda pública durante los últimos años, a la vez que ha contribuido al aumento de las arcas públicas, el crecimiento económico del país y la internacionalización de empresas nacionales en el resto del mundo.