Los rusos se habían convertido en una mina para los intereses turísticos e inmobiliarios españoles, especialmente en el litoral mediterráneo. Pero, primero la inestable situación en Ucrania y, ahora, la crisis financiera en la que se ve inmersa Rusia como consecuencia de la caída del precio del petróleo y la depreciación del rublo, amenazan seriamente con cortar de raíz esta vía de negocio que se había abierto.
Los hoteleros ya han echado cuentas, para llegar a la conclusión de que, hasta octubre, se había reducido un 8,7% la llegada de turistas rusos a España, y la previsión para el primer trimestre de 2015 recoge que esa caída se incremente hasta el 20%.
Pese a representar apenas un 2,3% del total de turistas que recibe España, el mercado ruso había experimentado un crecimiento exponencial en los últimos tres años. Por ejemplo, en 2013 el número de llegadas se incrementó un 31% hasta las 1,5 millones.
Además, el mercado ruso supone el 4% del total de gasto turístico. Y es que el alto poder adquisitivo de los viajeros de esta nacionalidad se refleja en los 1.487 euros de gasto medio por turista que realizaron en 2013. Cifra muy superior a los 987 euros de alemanes, 840 euros de británicos o los 624 de franceses, los tres principales mercados emisores para España.
La otra derivada que se puede ver afectada por la crisis rusa es la de compra de vivienda en España por ciudadanos de ese país, que, en buena medida, habían sido los causantes de que creciera la demanda de vivienda de más de 500.000 euros, los que permiten acceder al visado.
La zona más demandada por los extranjeros que invierten en España es la costa de Alicante, que despierta el interés sobre todo entre ingleses y rusos, aunque las preferencias de vivienda son muy distintas para unos y otros.
Mientras que los ingleses invirtieron de media en la costa alicantina 190.633 euros y básicamente están interesados en los apartamentos, pisos o pequeños chalets adosados con una superficie media de 138 metros cuadrados, los rusos que adquirieron vivienda en Alicante invirtieron principalmente en casas exclusivas y de alto standing, con un precio medio de 638.077 euros y una superficie media de 462 metros cuadrados. Además de la costa alicantina, los rusos invirtieron en 2013 en la Costa Brava.