Milán. ‘Bosco Verticale’, dos torres residenciales de 110 y 76 metros de altura que se están construyendo en una de las urbes europeas con más contaminación, como es la ciudad italiana de Milán, cuya originalidad destaca por estar repleta de vegetación por toda su fachada.
En vez de ocupar el suelo urbano con viviendas unifamiliares, se ha buscado su equivalencia en un modelo en altura, trasladando también la superficie arbolada, consiguiendo de esta manera un rascacielos con 50.000 metros cuadrados destinados a apartamentos y 10.000 metros cuadrados para especies arbóreas, arbustos y plantas.
Los árboles tendrán una altura máxima de 3, 6, y 9 metros, según el espacio libre que queda por encima de la jardinera de hormigón armado que hay en la terraza de cada apartamento. Para el mantenimiento de este bosque vertical se ha ideado un sistema de riego que filtra y reutiliza las aguas grises de la torre, aunque también hay que señalar que el edificio tiene previsto contar con instalaciones de energía eólica y solar.
Todos estos árboles en fachada harán que disminuya bastante en verano la carga térmica del edificio debido a la radiación solar, y aumentándola en invierno cuando estén sus ramas sin hojas. Pero lo mejor de estos rascacielos verdes es que todo el CO2 liberado durante su construcción (principalmente por el hormigón que forma su estructura) se verá luego compensado con su uso. El proyecto de Bosco Verticale ha sido diseñado por el arquitecto italiano Stefano Boeri, y tiene un presupuesto de 65 millones de euros.