El Ayuntamiento de Barcelona ha completado la adquisición del 93% del complejo fabril La Escocesa, en el distrito de Poblenou, de cara a construir viviendas y equipamientos públicos con el objetivo de combatir la gentrificación, recuperar el patrimonio industrial y habilitar nuevos espacios para actividades de interés social.
La adquisición de tres parcelas más de la antigua fábrica, el 50 % del total, permitirá construir unas ochenta de viviendas públicas y otros equipamientos de uso comercial o cultural. La inversión de 10 millones de euros, con los que se ha evitado la construcción de viviendas de lujo por parte de un promotor privado, es una muestra de la recuperación del patrimonio para combatir la expulsión de los vecinos y vecinas.
La teniente de alcaldía de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, ha destacado que «es una reivindicación histórica y una actuación estratégica para el barrio y para la ciudad. Recuperamos el patrimonio industrial para combatir la gentrificación».
El uso del complejo fabril, que permitirá la revitalización del eje civil y cultural de Pere IV, terminará de decidirse con un proceso participativo con entidades, vecinos y vecinas del barrio. Actualmente, uno de los edificios de titularidad municipal, la Nave Johnson, ya es un espacio de trabajo para artistas, y una de las naves adquiridas también se destinará a este uso.
«Recuperamos un espacio emblemático de la memoria industrial de Barcelona al servicio de la cultura, que nos permite impulsar un área con mucha potencialidad», ha destacado el teniente de alcaldía de Empresa, Cultura e Innovación, Jaume Collboni, que ha puntualizado que «el eje Pere IV es importante para las industrias creativas de la ciudad».
El conjunto fabril, de mediados de siglo XIX, está catalogado desde el año 2006 como Bien Cultural de Interés Local. Un año después se incorporó al programa Fábricas de Creación Artística.
El primer edificio de La Escocesa fue una fábrica textil de estampados de la familia Paul. A partir de 1877, el recinto industrial lo ocuparon diferentes empresas que alquilaban parte de la antigua fábrica, entre otras, la empresa Johnston, Shields & Cia. – La Escocesa (1894-1984), que acabó dándole el nombre. En estos momentos, La Escocesa acoge una veintena de artistas residentes dedicados especialmente al campo de las artes visuales.