Todo el mundo lo venía tratando de solapar, pero la situación financiera crítica de la Sareb está a punto de ponerse bajo el foco, para poner de manifiesto que, tras la asunción de la circular del Banco de España del pasado mes de octubre, en 2015 el banco malo ya se quedó sin los 1.200 millones de recursos propios con los que inició su andadura en diciembre de 2012 y que, además, también ha empezado a comerse para de los 3.600 millones de deuda convertible que aportaron sus accionistas y otros acreedores.
La circular ha obligado al banco malo a tasar, entre octubre y diciembre de 2015, unos 250.000 inmuebles propios o en garantía de los préstamos transferidos a la sociedad, para valorar cada activo a precio de mercado y no con los descuentos medios por tipo de activos fijados en el momento del traspaso.
Como consecuencia de ello, las pérdidas, según las primeras estimaciones, superarán ampliamente los 2.000 millones de euros, que se cubrirían con esa conversión. El Estado, principal accionista de la Sareb, suscribió a través del Frob, 1.652 millones de euros de esa deuda, y el resto de los bancos y demás acreedores, en función de su porcentaje en el accionariado, cantidades que van desde los 600 millones suscritos por el Banco Santander, los 432 de Caixabank, 238 que firmó el Sabadell y 205 millones que suscribió el Banco Popular.
No hubiera sido necesario que ese porcentaje de conversión de deuda hubiera resultado tan elevado si Sareb hubiera conservado sus 1.200 millones de recursos propios iniciales, también aportados por el Frob y los bancos.
Pero hubo que tirar de ellos para cubrir las pérdidas conjuntas de 846 millones registradas en 2013 y 2014 tras dotar 978 millones en provisiones, quedando, al cierre de este último ejercicio, únicamente 349 millones de fondos propios. Insuficientes para absorber las pérdidas de 2015.
A partir de aquí, los accionistas, sabedores de esta eventualidad, de que Sareb se quedaba sin recursos propios, y que había que ir a la conversión, han empezado a provisionar pérdidas por el quebranto de su inversión. Así, cada entidad ha empezado a contabilizar provisiones de manera dispar.
El Banco Santander y Caixabank las elevaron al 20% de lo invertido, con dotaciones por 161 y 116 millones de euros, respectivamente, Bankinter creyó conveniente reducir la provisión al 15%, con 10 millones, el Sabadell las limitó al 11,5%, con 37 millones y el Popular se quedó en el 5%, cubriendo 14 de los 276 millones de su exposición total en Sareb.
Al margen del Frob, que entre capital y deuda cuenta con una exposición en el banco malo de casi 2.200 millones de euros, los restantes 2.600 millones se los reparten entre bancos y aseguradoras. Sería la cantidad que finalmente deberían provisionar en sus cuentas.
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