Las entidades financieras cada vez venden más viviendas, sobre todo usadas, pero el volumen sigue siendo insuficiente para rebajar de manera notable esos activos improductivos que no generan ingresos, pero sí gastos.
Al cierre de 2015, entre créditos dudosos y activos adjudicados tras la ejecución de garantías a los hipotecados que no pudieron afrontar los vencimientos de los préstamos, seguirán siendo más de 200.000 millones en esos activos tóxicos los que los bancos tengan en sus balances. Un lastre para su negocio en España, ya que suponen cerca del 9% de los activos contabilizados en el mercado interior.
Aunque se trata de una situación más o menos controlada, y con tendencia a la baja, esta no resulta lo suficientemente intensa, debido, sobre todo, a los activos adjudicados, que minoran la bajada de los créditos dudosos.
Cuando acabe el presente ejercicio, estos habrán disminuido en unos 45.000 millones, los 167.000 millones existentes al finalizar 2014 en poco más de 120.000 millones. Disminución significativa al ser mayores las recuperaciones que las nuevas entradas en mora (69.000 y 60.000 millones, respectivamente, entre junio de 2014 y junio de 2015), y también por la definitiva catalogación de activos dudosos como fallidos que, en ese periodo, fueron un total de 27.000 millones.
No cabe decir lo mismo de los activos adjudicados. También disminuyen, pero mucho menos y seguirán muy cerca de los 80.000 millones que se contabilizaban en junio de 2013, tras la definitiva transferencia a la Sareb, el banco malo, de los activos problemáticos de las cajas que tuvieron que ser rescatadas por el Banco de España, a través del FROB. Activos que habían alcanzado su punto culminante un año antes, en junio de 2012, con 100.000 millones de euros, justo un mes antes de que España no tuviera más remedio que acogerse al programa de rescate impuesto desde Bruselas.
Desglosados estos activos adjudicados, el peso del suelo sigue siendo muy elevado. Aunque se atisba una cierta reducción, motivada por la puesta en valor de algunos terrenos para satisfacer la incipiente recuperación del mercado inmobiliario, al final de 2015 los bancos seguirán teniendo en sus balances terrenos por valor de casi 30.000 millones de euros.
En el caso de los activos adjudicados procedentes de ejecuciones hipotecarias de viviendas, la tendencia sigue siendo poco clara, alternando trimestres en los que esos activos aumentan con otros en los que disminuyen.