El informe semestral de las cuentas presentadas por la Sareb, el banco malo, ha venido a certificar una brutal ralentización de las ventas de activos inmobiliarios minoristas. Los 8.100 inmuebles vendidos entre enero y junio de 2014 se han reducido, en el mismo periodo de este año, a 5.345, un 34% menos.
De esos inmuebles, 2.186 eran propiedad del banco malo y 3.159 era unidades provenientes de los Planes de Dinamización de Venta (PDV) acordados con las empresas promotoras deudoras.
La caja bruta generada por estas ventas inmobiliarias ascendió a 388 millones de euros, con unos márgenes brutos que se desploman respecto a un año antes, tanto en la venta del stock residencial, como en las rentas de activos en alquiler y en los ingresos procedentes de los Fondos de Activos Bancarios (FAB). Caída de márgenes que se palía con el que aporta la venta de suelo. Esos 40 millones de euros, ocho veces más que en 2014.
Otro aspecto destacado de las cuentas de Sareb hasta junio es que, como consecuencia de las absorción de pérdidas generadas en los ejercicios 2012, 2013 y 2014, los iniciales 1.200 millones de euros (300 en capital social y 900 por prima de emisión), se siguen reduciendo. Contabilizaban por 349 millones al finalizar el ejercicio, y se van a quedar prácticamente en nada dentro de dos meses, al finalizar 2015.
Conviene también reseñar un asunto peliagudo, como son las coberturas que el banco malo suscribió hace dos años para cubrirse ante la eventualidad de una subida de tipos, por un valor nominal de 42.200 millones de euros.
Un arma de doble filo que, es cierto, permite reducir la incertidumbre ante un incremento de los tipos de interés, pero también obliga a registrar el valor de este producto derivado en el patrimonio neto de la sociedad, imputándose cada ejercicio durante los diez años de vigencia.
Una imputación que se refleja en el pasivo de la sociedad por un valor de 2.323 millones de euros, si bien a cierre de 2014 el reflejo era de 2.710 millones de euros. Esto coloca el patrimonio neto de Sareb en negativo desde el punto de vista contable, aunque la sociedad presidida por Jaime Echegoyen sostenga que no tiene ningún impacto en la actividad, ya que no afecta a los resultados ni al capital.