Suma y sigue. La compra de viviendas pagadas en efectivo sigue en aumento, y camina de manera decidida alcanzar un porcentaje del 40% en los próximos meses. Son varias las circunstancias que están detrás de este incremento.
En su mayoría, son compras destinadas a rentabilizar la inversión sacando las viviendas en alquiler. No solo están detrás de esta estrategia las socimis o fondos que están comprando viviendas a manos llenas, sino también patrimonios personales que están derivando parte de la gestión de su dinero hacia la compra de activos inmobiliarios, sobre todo viviendas situadas en las zonas más céntricas de las grandes ciudades, con Madrid y Barcelona a la cabeza.
En esas compras a tocateja también se encuentran miles de ciudadanos extranjeros, tanto europeos como árabes, chinos o sudamericanos. En este caso, no tanto con vistas a obtener rentas recurrentes vía alquiler sino para su propio uso y disfrute. En este caso, la Comunidad Valenciana, Cataluña, Murcia y Baleares son los destinos preferidos.
Lo que también se está detectando son muchas operaciones mixtas, en las que una parte se paga en efectivo y otra a través de financiación, pero no hipotecaria, sino con créditos al consumo. De esta manera, se evita tener que ofrecer en garantía el inmueble y que, en caso de que vinieran mal dadas y no se pudiera devolver el préstamo, la entidad financiera ejecutara esa garantía y se quedara con la casa.
De momento, en este aluvión de compra de viviendas al contado, hablamos, casi en su totalidad, de casas de segunda mano o no nuevas, al no poderse considerar como tales aquellas que, aun no habiendo sido ocupadas nunca, fueron terminadas hace más de dos años. En buena parte, procedente de las entidades financieras. Casas que, tras haber provisionado por ellos grandes cantidades, han empezado a sacarlas al mercado con unos precios altamente rebajados.
Habrá que ver en los próximos años, si realmente se ponen en marcha promociones de manera sostenida, si estos inversores entran en ese mercado, y, en ese supuesto, si lo hacen, en todo o en parte, con dinero en efectivo. Algo que, evidentemente, dependerá de los precios que se establezcan.