Entre los préstamos que recibió Sareb procedentes de Novagalicia figuraba el de los 93 millones de valor nominal que Novagalicia, a través de la antigua Caixa Galicia, había concedido en 2005 a la promotora Olga Urbana para levantar uno de los edificios más llamativos de la ciudad alicantina de Benidorm, el conocido rascacielos ‘InTempo’. Un coloso de casi 200 metros de altura, con 50 plantas y 269 apartamentos proyectados.
En el traspaso de activos, el banco malo pagó casi 50 millones por el préstamo, pero no por la propiedad del inmueble, mantenida, a pesar de los contratiempos, en manos de esta promotora, controlada por el empresario José Ignacio de la Serna –promotor de otro de los edificios más altos de Benidorm, la torre Neguri Gane– y sus socios en este proyecto, Isidoro Boronat y Juan Fuster.
Se trata, como tantos otros, de uno de esos megaproyectos que se quedó a medio camino, aunque nunca llegó a paralizarse de manera total, aunque sí se ha visto salpicado de mil y un contratiempos para los promotores por la falta puntual de liquidez para pagar a proveedores y a la entidad financiera.
En septiembre de 2010, tres propietarios denunciaron al promotor por los supuestos delitos de estafa, apropiación indebida y fraude fiscal. Los denunciantes aseguraron que la promotora nunca les entregó los avales por la entrega a cuenta de 490.736 euros por la compra de cuatro viviendas. En junio de 2011, se registró un accidente laboral al desplomarse un montador de carga en el que iban 13 operarios, dos de cuales resultaron heridos graves. Otra posible demanda, la de la sociedad Kono, encargada de realizar la estructura del edificio, también se está estudiando.
Siguiendo la práctica que está llevando a cabo, Sareb está buscando un inversor para revender el crédito sin contar con el promotor, que tiene que hacer frente al pago de la póliza hipotecaria en las mismas condiciones e importe inicial por el que la recibió. La reventa del préstamo se puede hacer de manera individualizada o dentro de un paquete global.
Al margen del préstamo, la promotora está negociando con inversores árabes, rusos e hindúes para ver la posibilidad de entrar a formar parte del accionariado de la sociedad promotora de la que será, una vez acabada, la torre residencial más alta de Europa, con sus dos torres siamesas unidas en su parte superior por un cono invertido que semeja un diamante.