El fenómeno del FOMO inmobiliario —el temor a quedarse fuera del mercado— está afectando cada vez más a quienes buscan una vivienda en propiedad. Con los precios tensionados y un descenso reciente en los tipos de interés hipotecarios, muchas personas se apresuran a comprar sin un análisis realista de su capacidad financiera. Desde HelpMyCash advierten que esta prisa puede conducir a compras precipitadas, sobreendeudamiento o hipotecas poco convenientes, comprometiendo el equilibrio económico de los hogares.
Según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, la compraventa de viviendas ha subido más del 20 % en los primeros meses de 2025, un repunte impulsado en parte por el abaratamiento del crédito. Pero detrás de esa euforia, hay riesgos concretos: operaciones cerradas sin visitar el inmueble, reservas sin garantías o elección de hipotecas sin comparar opciones. Como señala el informe de Funcas sobre el mercado hipotecario español, el nuevo ciclo hipotecario exige mayor prudencia y planificación.
HelpMyCash recomienda seguir tres pasos clave: calcular un presupuesto realista, visitar siempre la vivienda antes de firmar y analizar con calma las condiciones hipotecarias. Estos consejos buscan frenar decisiones impulsivas motivadas por el miedo a quedarse fuera del mercado, y ayudar a que la compra de una vivienda sea un paso seguro, no una fuente de estrés financiero.
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El síndrome FOMO (siglas de fear of missing out, temor a perderse algo) es un fenómeno que describe la ansiedad que se siente por perder la oportunidad de vivir experiencias que otras personas sí están experimentando. Suele asociarse al uso de las redes sociales, pero de un tiempo a esta parte, el mercado inmobiliario parece haber sucumbido a esta patología psicológica.
“Con los alquileres disparados, muchos se lanzan a comprar; pero la urgencia les hace aceptar precios inflados e hipotecas con bonificaciones carísimas o tipos prohibitivos. El remedio suele ser peor que la enfermedad y al final la decisión terminando generando estrés financiero. Comprar una vivienda debe ser una decisión meditada”, insisten desde HelpMyCash.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la compraventa de viviendas creció un 20,1% anual entre enero y mayo de 2025. Parte de ese repunte obedece al descenso del interés de las hipotecas tras los últimos recortes del Banco Central Europeo. Pero también influye la percepción de que, si uno no compra ahora, mañana será aún más caro.
Las prisas, sin embargo, rara vez son buenas consejeras. Desde el comparador financiero HelpMyCash.com alertan de que no pocos adquirentes pueden cometer el error de comprar una vivienda por un precio demasiado alto o con unas características que no se ajustan bien a su perfil. Y para evitarlo, sus analistas han elaborado una pequeña guía práctica que consta de tres sencillos pasos.
- Calcula qué casa te puedes permitir
El estallido de la burbuja inmobiliaria nos enseñó que no hay que comprar una vivienda a cualquier precio; especialmente si no se tienen los recursos suficientes para financiar la operación. Antes de lanzarse conviene calcular hasta dónde llega el bolsillo y asegurarse de que la cuota de todas las deudas —hipoteca incluida— no sobrepase el 30 % de los ingresos.
Si para cerrar la operación necesitas que el banco financie el 90 %, el 95 % o incluso el 100 % del precio, párate y replantea la compra: un endeudamiento tan alto convierte cualquier contratiempo en una bomba de relojería”, advierten desde HelpMyCash. Y añaden: “Tampoco compres a cualquier precio; en muchos barrios el metro cuadrado revela pisos claramente sobrevalorados”.
Por ello, según los analistas de HelpMyCash, lo primero que debe hacer una persona interesada en convertirse en propietaria es valorar qué casa o qué piso puede adquirir con su sueldo.
Para ahorrar tiempo, el comparador financiero dispone de un simulador de precio máximo de una vivienda que permite calcular qué casa o qué piso puede comprar un usuario en función de sus ingresos y sus deudas vigentes. Así, el potencial comprador tendrá claro qué tipo de inmueble debe buscar para que la adquisición no le genere más problemas económicos de la cuenta. - ¡Visita siempre la vivienda!
El segundo consejo de HelpMyCash parece una perogrullada, pero es más necesario de lo que parece: es imprescindible visitar la vivienda antes de comprarla. Según los analistas del comparador, la escasez de oferta y la presión compradora están provocando reservas a ciegas: pagos de arras sin pisar el inmueble. Quien firma así se arriesga a descubrir desperfectos, falta de luz o molestias vecinales demasiado tarde, cuando ya podría perder el dinero aportado, que suele ser un importe equivalente al 10% del precio del inmueble.
3 . Elige la hipoteca con calma y sabiamente
Negociar financiación requiere tiempo. Lo ideal es pactar con el vendedor un periodo de entre dos y tres meses entre la reserva y la firma ante notario para comparar ofertas hipotecarias y negociar tipos, comisiones y productos vinculados.
Antes de cerrar, conviene comprobar si pueden aprovecharse las ayudas autonómicas o estatales para jóvenes y familias vulnerables. “Eso sí —avisan desde HelpMyCash— algunas de esas subvenciones exigen que el piso quede catalogado como vivienda de protección oficial, algo que puede limitar su revalorización futura y terminar jugando en contra”.
“Elegir la hipoteca adecuada va mucho más allá de decidir si será fija, mixta o variable: hay que desgranar el tipo efectivo, vigilar las comisiones por amortización anticipada y comprobar que cada cláusula encaja con tu plan para la vivienda —ya sea la casa definitiva o un piso puente, es decir, una propiedad de paso que compras pensando en venderla en menos de 10 años para dar el salto a otra—”, explican desde HelpMyCash.
“Antes de sentarte con el banco, analiza a fondo tu perfil financiero; cuanto más solvente te perciban, mayor será tu margen para negociar y cerrar una hipoteca que realmente te favorezca”, añaden los expertos.
Seguir estos tres pasos —presupuesto realista, visita rigurosa y financiación bien atada— reduce drásticamente el riesgo de equivocarse.