En la víspera del Día Mundial de la Eficiencia Energética, una fecha destinada a promover el uso responsable de la energía y fomentar la adopción de fuentes renovables, un informe de UCI, entidad especializada en financiación sostenible, arroja luz sobre la crítica situación de la eficiencia energética en los hogares españoles. Según este estudio, un abrumador 87% de las viviendas en España ostenta una calificación energética E, F o G, lo que subraya una preocupante ineficiencia en términos de consumo y emisiones.
Un panorama desalentador
La situación del parque residencial español en cuanto a eficiencia energética es alarmante. El análisis realizado por UCI revela que la letra más común en los hogares del país es la E, representando el 55,9% de las viviendas. Esta calificación, junto con las F y G, simboliza los peores niveles posibles de eficiencia, implicando no solo un mayor consumo energético sino también un incremento significativo en las facturas de luz y gas. La antigüedad promedio de las construcciones en España, que supera los 43 años y cuya mayoría precede la implementación del Código Técnico de la Edificación, juega un papel crucial en este escenario. Además, la inminente subida del IVA en electricidad y gas para la mayoría de los hogares agudiza la urgencia de abordar esta problemática.
Por regiones, Navarra, Castilla y León y Galicia se destacan por tener el mayor porcentaje de viviendas con la anhelada Certificación A, mientras que Canarias, País Vasco y Asturias presentan los mayores índices de viviendas con la indeseable Certificación G. Esta disparidad regional refleja la variabilidad en la adopción de medidas de eficiencia energética a lo largo del territorio nacional.
Hacia una solución integral
Catia Alvés, directora de Sostenibilidad y Rehabilitación en UCI, enfatiza que residir en una vivienda con calificación F o G puede suponer un consumo energético hasta el doble que en una calificada con E, y hasta cien veces superior en comparación con una vivienda eficiente de categoría A. Ante este panorama, Alvés subraya la importancia de una concienciación ciudadana y un incremento en el ritmo de rehabilitaciones energéticas, apoyadas por una mayor agilidad administrativa en la concesión de ayudas a las comunidades de propietarios.
La adopción de la Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (EPBD) surge como una solución clave para este desafío. Su implementación permitirá una transición hacia viviendas más sostenibles y eficientes desde el punto de vista energético, lo que no solo contribuirá a la reducción del consumo energético sino también a la mejora del confort y la habitabilidad en el hogar. Este cambio normativo es esencial para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y eficiencia energética a nivel nacional y europeo, marcando un paso adelante en el compromiso con el medio ambiente y la economía de los ciudadanos.
La situación de la eficiencia energética en España plantea un desafío significativo que requiere una acción inmediata y coordinada. El informe de UCI no solo destaca la necesidad urgente de mejorar las calificaciones energéticas de las viviendas españolas sino que también ofrece una hoja de ruta para lograrlo. La sensibilización, junto con políticas y medidas concretas, son esenciales para transformar el parque residencial del país en un modelo de eficiencia y sostenibilidad. La colaboración entre ciudadanos, entidades financieras y administraciones públicas será clave para superar este desafío y avanzar hacia un futuro energéticamente eficiente y sostenible para España.