Pasado un año de la obligatoriedad del certificado de eficiencia energética para todos los pisos en venta o alquiler, Alquiler Seguro concluye que en España, la certificación energética "se ha convertido en un mero mecanismo recaudatorio".
Para su director comercial, David Caraballo, “la poca información, la falta de concienciación y la escasez de ayudas administrativas para la implantación de la normativa, convergen en un fracaso de la Dirección General de Industria, Energía y Minas, organismo competente en lo que a certificados de eficiencia energética se refiere. Propietarios e inquilinos lo entienden como un gasto más, ya que no se le ha dado el sentido que tiene a nivel europeo como información y mejora del consumo energético de las viviendas.”
A día de hoy, se calcula que poco más de un 15% de los inmuebles que deberían tener un certificado en vigencia cumplen con el reglamento.
A pesar de que la ley 8/2013 sobre rehabilitación, regeneración y renovaciones urbanas establecía las medidas sancionadoras que se llevarían a cabo por el quebrantamiento de la legislación, pero “nunca se han producido”, subraya Caraballo.
“Si no declaro el alquiler, me ahorro un dinero y además no me multan, ¿para qué voy a hacerlo?”, explica Caraballo sobre la actitud generalizada de los arrendadores particulares. Y es que en lo que va de año, sólo la Comunidad de Madrid ha interpuesto una sanción económica a un profesional que falseó los datos de la expedición de un certificado de eficiencia energética.
En este sentido, “no hay que fiarse de cualquiera, ni recurrir a ofertas exageradas que se pueden encontrar en internet a la hora de conseguir tu etiqueta energética; si no se hace correctamente, el perjudicado puede ser el propietario”, asegura el responsable de Alquiler Seguro.
Tras el contacto diario con los inquilinos, David Caraballo asegura que “tener un certificado A o G no influye en la toma de decisión de los inquilinos, sigue primando la cercanía al trabajo o las comodidades del piso muy por encima de la eficiencia energética”.
El objetivo de esta normativa europea es mejorar la eficiencia energética del parque inmobiliario. Al realizar la inspección técnica necesaria para la expedición del certificado los profesionales explican qué mejoras son necesarias en cada inmueble.
A nivel administrativo, existen ayudas para la renovación de calderas, de instalaciones eléctricas o cambio de ventanas. “Aunque estas ayudas existen, y son una buena intención, no acaban de llevarse a cabo correctamente, los fondos destinados no son suficientes”, concluye Caraballo.