Las saunas de exterior un complemento perfecto para su piscina o jardín y un gran beneficio para su salud.
Desde los años 50 en la planta baja de los grandes edificios de pisos, se empezaron a instalar las primeras cabinas de madera en la vivienda, generalmente saunas finlandesas comunitarias fabricadas en madera de Abeto Sueco.
Gracias a que no se necesitan muchos metros cuadrados ni realizar obras para instalarlas, debido a la gran cantidad de modelos que existen en el mercado y su escaso mantenimiento, su uso se ha extendido en todos estos años y su emplazamiento ha ido variando según las necesidades de sus usuarios. El lavabo o la zona de Wellness privada suelen ser los espacios más utilizados para disfrutarlas, permitiendo incorporarlas de manera más cómoda y práctica a nuestro días a día.
Si el entorno lo permite, otra de las opciones es poder disfrutar de una sauna finlandesa situada en el exterior. Esta es una de las mejores elecciones ya que una sauna de exterior se va a adaptar perfectamente al entorno de la piscina o jardín y nos va a proporcionar uno de los mejores momentos del día, contribuyendo a mejorar nuestra calidad de vida.
Las saunas de exterior nos van a permitir disfrutar de un entorno agradable al mismo tiempo que disfrutamos de una experiencia rica en calor, la cual sin duda, va a ser una experiencia muy gratificante.
La temperatura es regulable, suele tomarse entre los 80 y 110 º con una humedad aproximada del 5 – 15 % dependiendo de nuestros gustos. Este agradable ambiente de calor seco, nos va a permitir sentir en nuestro organismo los efectos antiestrés tan deseados. El calor se puede combinar con golpes de vapor puntuales (el denominado efecto löily) al verter pequeñas cantidades de agua tantas veces como se desee sobre las piedras del calefactor, generando pequeñas cantidades de vapor que activan la sudoración, proporcionando una mayor sensación de calor. En estos vertidos puntuales de agua se pueden incorporar esencias de eucalipto o menta que van a contribuir a mejorar las vías respiratorias de los usuarios y van a proporcionar una dosis extra de bienestar.
En la sauna podemos combinar otro tipo de tratamientos como la cromoterapia, con diferentes juegos de luces y alternancia de colores. La ozonoterapia y la musicoterapia, son otras opciones que se pueden disfrutar en el interior de la sauna que van a contribuir a conseguir una mayor sensación de relax.
A la hora de tomar una sauna, hay que concederle el tiempo necesario, es una inversión en relajación y bienestar que va a mejorar nuestra calidad de vida si la incorporamos de manera continuada a nuestras rutinas de salud.
Es conveniente evitar las comidas pesadas y el alcohol antes de tomar una sauna. Con una o dos veces por semana y en pequeñas sesiones de baño sauna de no más de 15 minutos, marcados por la necesidad de nuestro propio cuerpo, podremos comprobar los beneficios de estos tratamientos que sin duda, van a portar equilibrio y armonía a todo nuestro organismo.