La Ciudad Condal representa un 59% de la inversión en oficinas de España y desbanca a Madrid que se queda por detrás con un 34%.
La Cámara de Comercio de España ha expuesto que cuando termine la pandemia tan solo un 9% de las empresas mantendrán el modelo del teletrabajo.
La llegada de la pandemia, hace ya casi dos años, ha provocado numerosos cambios en la actividad personal y laboral de la población. Sin lugar a dudas, uno de los principales ha sido el teletrabajo. No obstante, en 2021 el segmento de la inversión en oficinas ha tenido un comportamiento de lo más favorable. En Barcelona se invirtieron 1.600 millones de euros en operaciones y transacciones de este mercado. Sin embargo, aún no se logran alcanzar las cifras prepandemia.
En este escenario, Barcelona se situó en cabeza como principal ciudad en cuanto a inversión en oficinas se refiere con un 59% de inversión. Mientras tanto, Madrid se queda atrás y la sigue con un 34%. Por lo que respecta a la Ciudad Condal, se ha producido un incremento de la contratación de este tipo de activos por parte de empresas tecnológicas.
Gerard Marcet, socio fundador de la consultora inmobiliaria, Laborde Marcet, asegura que «el creciente desarrollo del 22@ ha sido un gran atractivo para la entrada de fondos de inversión y family offices y, de ese modo, se ha disparado la compra de oficinas en Barcelona». «Se ha podido observar una tendencia de compra de activos de mayor calidad, con especial atención a las calificaciones energéticas, de acuerdo con los criterios corporativos imperantes ESG (environmental, social and governance) y se espera que en 2022 este comportamiento siga en aumento», puntualiza el experto.
¿Cómo afecta la COVID-19 a la compra de oficinas?
La Cámara de Comercio de España ha expuesto que cuando termine la pandemia tan solo un 9% de las empresas mantendrán el modelo del teletrabajo, ya que se trata de una forma de trabajar que cuesta de implementar con éxito.
Desde Laborde Marcet aseguran que «el trabajo en oficina sigue siendo fundamental y las empresas se siguen decantando por la presencialidad o un modelo híbrido». Además, Gerard Marcet puntualiza que «actualmente, este tipo de activos no dejan de ser un salvavidas frente a la inflación».