La venta de viviendas de Bankia ha cogido un ritmo frenético. En los tres últimos meses de 2015 logró vender más de 3.000 activos, la mitad de los algo más de 6.000 que había transmitido en los nueve meses anteriores. Los 9.180 inmuebles vendidos supusieron el ingreso de 640 millones de euros.
Buena parte de este incremento en las ventas se debe al apoyo en la comercialización que está dando Haya -filial inmobiliaria del fondo Cerberus- a la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri.
Algo que la propia entidad financiera deja caer, al señalar que cerca de la mitad de los activos se vendieron directamente a través de la red de oficinas de la entidad, mientras que el resto de las operaciones se llevó a cabo por otros canales, básicamente a través de mediadores.
En los 9.180 inmuebles vendidos por Bankia en 2015 solo se incluyen los que son propiedad de la entidad, no así aquellos activos que fueron traspasados en su momento a Sareb.
Por tipología de inmuebles, más de 8.400 activos eran residenciales, fundamentalmente viviendas, lo que representa el 91% del total de las ventas acumuladas en el ejercicio. El resto de las ventas se corresponde a inmuebles no residenciales, entre los que se incluyen locales, naves y suelos, entre otros.
El aumento de las ventas también ha llevado aparejado un leve incremento de los precios de venta. Mientras que entre enero y septiembre, los 6.100 activos se vendieron a una media de 63.000 euros, los 3.080 transmitidos de octubre a diciembre lo fueron a un precio de casi 70.000 euros, un 10% más caro, aunque por debajo de la media registrada un año antes.
Este incremento de las ventas incidirá en la reducción de los activos adjudicados que se venía registrando en los trimestres anteriores.
Hasta el cierre del tercer trimestre, el Grupo Bankia cuantificaba estos activos por un valor bruto de 4.051 millones de euros que, al descontar los 1.249 millones de dotaciones aportadas, dejaba un neto de 2.802 millones , en su mayoría -más de 2.000 millones -procedentes de la ejecución hipotecaria de particulares que no pudieron hacer frente al pago del préstamo. Y poco más de 300 millones procedían de activos de promotores.