Valencia. Tras un sinfín de datos contradictorios sobre la bajada de precios de la vivienda hasta llegar al punto donde confluya la oferta con la demanda, los agentes de la propiedad inmobiliaria (API) parece haber encontrado en una rebaja del 21,6% sobre el precio de salida el punto donde esa confluencia resulta viable. Es la conclusión a la que llega el vicepresidente y portavoz del colegio de API de la provincia de Valencia, Moisés Sansaloni, con los datos presentados sobre el balance del pasado ejercicio.
“Este dato nos indica que los consumidores afortunados que disponían de liquidez o de financiación han tenido la oportunidad de comprar viviendas a precios muy interesantes”, comentó Sansaloni no sin cierta ironía, por lo de “afortunados”, para denunciar, una vez más, la actitud obstruccionista mostrada desde hace meses por las entidades financieras, que están dando preferencia a la operaciones con inmuebles propios –asumidos por daciones de pago o ejecuciones hipotecarias–, al tiempo que rechazan dar hipotecas a transacciones con inmuebles de terceros. En este sentido, los API denuncian que en 2010 la banca rechazó el 81% de las operaciones que presentaron para la adquisición de viviendas a las entidades bancarias.
Sansaloni reprochó también al Gobierno su “incapacidad e ineficacia” para controlar el destino de los fondos públicos recibidos por las entidades financieras cuyo objetivo era destinarlo a facilitar el crédito a familias, autónomos, pymes o la compra de vivienda. Fondos que “por el contrario, han sido destinados, entre otras cosas, a comprar deuda pública y a otras inversiones de su interés, para obtener la máxima rentabilidad por otros cauces más seguros sin atender el compromiso social y apoyar la salida de la crisis”, dijo el portavoz del colegio oficial de API de Valencia.