Desde su llegada, el pasado mes de junio de 2015, al Ayuntamiento de Barcelona, el equipo presidido por Ada Colau ha puesto bajo la lupa el otorgamiento de licencias para apertura de establecimientos, escrutando todas y cada una de las solicitudes que llegan para tratar de no saturar de usos determinadas zonas de la Ciudad Condal.
En el caso del barrio de Gracia, el último pleno del distrito ha informado favorablemente la propuesta del nuevo Plan de Usos, que actualiza el del 2005. Un plan que recoge la regulación de nuevas tipologías de establecimientos de concurrencia pública y flexibiliza la posibilidad de abrir otros nuevos en los barrios del norte.
El plan ha sido sometido a un amplio proceso de participación durante los dos últimos años. El documento hace hincapié en la necesidad de liberar el centro de la Vila de Gràcia, donde la densidad es de 7,92 actividades por hectárea, mientras que en la corona del barrio es de 2,78. Por ello el plan propone nuevas medidas para conseguir la disminución real de actividades de restauración.
Con este fin se aumentarán las inspecciones, se creará un censo actualizado de licencias y se generarán canales de comunicación estables con los vecinos. Entre los objetivos del nuevo plan, el hecho de que abre la posibilidad de reducir licencias refuerza el control y la inspección y posibilita que los ciudadanos lleven un control y efectúen la denuncia de aquellas que no se estén utilizando correctamente.
El documento distingue diferentes zonas, en función del censo de locales y de la realidad urbanística de la zona. En las zonas saturadas, como el centro de la Vila de Gràcia, el plan no permitirá la apertura de establecimientos nuevos.
En Gràcia Corona, Gran de Gràcia, ejes Pi y Maragall y Escorial, Camp d’en Grassot i Gràcia Nova, consideradas zonas de concentración, se podrán abrir nuevos establecimientos siempre que no aumente la cifra total de establecimiento de la zona. En las áreas genéricas se podrán establecer licencias nuevas, con la precaución de que no se lleguen a superar los límites establecidos para el territorio.
El plan también regula nuevas tipologías de establecimiento que tienen incidencia en el espacio púbico urbano, como las residencias de estudiantes, las tiendas de platos preparados o los albergues de juventud.