Madrid. A pesar de las renuncias –primero de Metrovacesa y Riofisa, y después del fondo Doughty Hanson– los responsables de la junta gestora de Valdebebas seguían confiando, con la boca pequeña, en obtener una millonada por los tres solares que formaban la conocida como pastilla comercial. Pero los iniciales 238 millones y los posteriores 113 millones contemplados no llegaron. Ni lo van hacer.
El que iba a ser el mayor centro comercial de Europa, con más de 182.000 metros edificables, ha quedado definitivamente descartado tras el acuerdo adoptado por el Consejo Rector de la Junta de Compensación el pasado 16 de julio. Una de las tres parcelas del proyecto comercial inicial se acaba de poner en venta, por un mínimo de 7 millones de euros, para acoger un colegio privado.
El final de la cuenta atrás para descartar definitivamente este macroproyecto se remonta a julio de 2008. En esa fecha, tanto Metrovacesa como Riofisa debían abonar, cada uno, 107 millones de euros para rematar la compra de las tres parcelas contempladas. No lo hicieron. El inicio de la crisis y los riesgos evidentes de la viabilidad del proyecto provocaron la renuncia. La parcela les había sido adjudicada en febrero de 2006, en el punto álgido de la burbuja inmobiliaria, por 238 millones.
Lo mismo le ocurrió hace un año al tándem formado por la sociedad de capital riesgo Doughty Hanson y la promotora holandesa Multi Developement. Tampoco lo vieron claro cuando llegó la hora de la verdad y debían desembolsar la totalidad de los casi 120 millones de euros comprometidos.
Ahora, con la reordenación prevista por el consejo de la junta, se sacan a subasta unos 22.000 metros cuadrados para la construcción de un gran colegio privado, para el que los interesados pueden presentar sus ofertas hasta el próximo 20 de septiembre.
Lo harán sabiendo que el solar debe ser objeto de la correspondiente modificación del proyecto de reparcelación por parte del Ayuntamiento de Madrid. Requisito previo para que la junta de Valdebebas pueda registrar su titularidad antes de proceder al traspaso. La parcela se transmitiría libre de afecciones por gastos de urbanización.
Con respecto a las cargas hipotecarias, se podrá transmitir bien libre de cargas o bien, con la carga hipotecaria que le corresponda y resulte de la redistribución hipotecaria de las parcelas objeto de la reordenación urbanística prevista, no excediendo nunca dicha carga del precio de enajenación. En el caso de que finalmente se transmitiera la parcela con carga hipotecaria, el importe de la misma será deducido del importe a abonar en el acto de transmisión de la propiedad.