Madrid. Quince años después de su inauguración, Isla Mágica, el parque temático ubicado en la Isla de la Cartuja, a tiro de piedra del centro de Sevilla, se ve abocada a una disyuntiva. O se vende o se cierra.
Cualquiera de las dos opciones dejaría fuera de la gestión a La Caixa, su nueva propietaria tras la compra de Banca Cívica por parte de la entidad presidida por Isidro Fainé, que no está dispuesta a poner un euro en un negocio insolvente, como lo llevan poniendo años las entidades financieras accionistas, y que, además, está lejos muy lejos de recibir a los visitantes necesarios para seguir confiando en su viabilidad. Apenas 800.000, muy lejos de los 1,2 millones que darían cobertura suficiente para mantener el tipo.
Son muchos gastos, como ese millón de euros que cada año se lleva la Junta de Andalucía en concepto de canon como propietaria de los terrenos donde se ubica el parque, y cada vez menos ingresos. Casi 13 millones de euros en 2011 que no evitaron al final del ejercicio arrojar unas pérdidas de más de 3 millones.
Mientras se negocia su venta, La Caixa ya se ha propuesto reducir gastos de cara a la próxima temporada. Pimsa, la empresa gestora, ya sabe lo que le espera. Solo podrá abrir 95 días, algo más de la mitad de los casi 170 que se venía abriendo hasta ahora.
Como ocurrió con la reciente venta a la familia Bonomi de la participación que mantenía en Port Aventura, La Caixa ha vuelto a confiar en AZ Capital que busque comprador para Isla Mágica. El plazo para encontrarlo con una oferta lo suficiente satisfactoria, un año. Si no, liquidación y cierre.
En principio, lo que persigue la entidad catalana es venderlo todo en un mismo lote, el parque, el aparcamiento y el resto del suelo donde nunca llegó a hacerse el centro comercial proyectado inicialmente. Y de momento, visitas varias pero ninguna en firme. La única, la de Parques Reunidos, fue rechazada porque pretendía quedarse solo con la zona de atracciones, dejando fuera el aparcamiento y el solar vacante.