Madrid. Mientras la multinacional franco-holandesa Unibail-Rodamco, que gestiona catorce centros comerciales en España con más de 720.000 metros cuadrados, anda intentando deshacerse de activos, en este caso quizás en un mera operación de rotación, otros grandes operadores del sector ya han decidido que quieren vender sin más, poniendo un interrogante al futuro de este campo que parecía que aguantaba mejor que otros los devastadores efectos de la crisis económica.
Y es que cuando las exigencias financieras aprietan no queda más remedio que soltar lastre para cumplir con ellas y evitar problemas. En esas están los propietarios del grupo empresarial catalán Copcisa, que se han visto obligados a ofrecer al mercado la mitad de uno de sus grandes proyectos, Puerto Venecia, el complejo de 206.000 metros cuadrados de superficie bruta alquilable situado en Zaragoza.
Y el mismo camino parece querer seguir Altarea, el grupo de fondos inmobiliarios franceses que intentó hacerse fuerte en España al final del ‘boom’ inmobiliario, y que ya ha decidido vender los tres centros comerciales que albergaba en su cartera por no apreciar síntomas de recuperación a corto y medio plazo de la situación económica en nuestro país y, por ende, de una mejora en el consumo. Una decisión cantada tras el abandono en pleno de toda la cúpula directiva en España.
De los tres centros, sólo uno está en funcionamiento, el de Sant Cugat del Vallés, adquirido hace cuatro años por más de 100 millones de euros, mientras que los otros se han quedado finalmente en meros proyectos, uno en la localidad de Valdemoro, en Madrid, y otro en Cádiz. Casi 200.000 metros cuadrados entre ambos centros que no han encontrado el respaldo de grandes distribuidoras que hubieran servido de locomotoras para su lanzamiento definitivo.