Cuando las lluvias son generosas y caen de manera regular nadie se acuerda del trasvase Tajo-Segura. Hay para todos. Para los propietarios de las tierras desde las que se trasvasa el agua, y para aquellos que lo reciben con los brazos abiertos para mantener la altísima producción de frutas y verduras.
Pero cuando el agua escasea y no hay suficiente para todos se recrudece la secular polémica, con el Gobierno central en medio de la misma intentando poner orden siendo lo más ecuánime posible, con un resultado que, en la mayoría de las ocasiones, está lejos de conseguirlo. Lo de contentar a todos en este caso resulta prácticamente imposible. Y en las últimas semanas lo estamos pudiendo ver.
Con muchos pueblos manchegos viendo cómo los pantanos están cada día más bajos, el Ministerio de Agricultura ordenaba, el pasado 27 de julio, el trasvase de 20 hectómetros cúbicos desde la cuenca del Tajo a la del Segura. Y el Gobierno de Castilla-La Mancha ha entendido que así no se puede.
Por eso, el último Consejo presidido por Emiliano García-Page ha decidido formalizar ante la Audiencia Nacional un recurso contra la discrecionalidad de la orden, al entender los juristas de la Consejería de Fomento y de la Agencia del Agua de Castilla-La Mancha que, si bien la ley dice. que en situación excepcional de la cabecera o nivel 3, Agricultura podrá autorizar discrecionalmente de forma motivada un trasvase de hasta 20 hectómetros cúbicos al mes, en este caso se ha confundido la libertad de acción que otorga la ley, en relación con la discrecionalidad, con la subjetividad que comporta un acto tildado de arbitrario.
Creen que la autorización debe ser motivada, algo muy discutible con la cuenca receptora al 50 % de su capacidad. Además, contempla trasvases de un máximo de 20 hectómetros cúbicos sin atender a una escala o graduación que parece sugerir la ley en función de circunstancias excepcionales como la que ha tenido lugar este verano.
Al respecto, recuerdan desde Castilla-La Mancha que existe una tabla que marca las circunstancias excepcionales o el nivel 3. Y según esa tabla, en el mes de julio se entra en ese tramo cuando las reservas conjuntas de Entrepeñas y Buendía bajan de 688 hectómetros cúbicos.
Sin embargo, cuando el Ministerio recabó los datos, a 1 de julio, eran 470 los hectómetros de agua embalsada, un 30 % menos de lo que marca la ley como situación excepcional. Cuando se publicó el trasvase en el BOE la cantidad rondaba los 420, más cerca del nivel 4, en el cual no se permite trasvasar legalmente, que del 3.