● El mercado inmobiliario español ha sido históricamente más susceptible a los ciclos económicos y a la volatilidad de los mercados que otros países, debido a factores como la especulación, el acceso al crédito y la oferta de vivienda.
● España tiene una arraigada cultura de propietarios de vivienda, existe una preferencia por la construcción vertical, un porcentaje de áreas residenciales muy por debajo de la media y una tradición por la vivienda como principal producto de ahorro e inversión
El mercado inmobiliario español ha sido objeto de atención a lo largo de su historia reciente, tanto a nivel nacional como internacional, debido a su singularidad y dinámicas particulares, y por tratarse de una de las industrias con mayor peso específico dentro de la economía nacional. Tras la crisis financiera mundial de 2008, el sector se recuperó de forma robusta, con un aumento constante en la demanda y una recuperación de los precios de la vivienda, que se suma a un creciente interés de los inversores internacionales por diferentes segmentos de negocio dentro del sector inmobiliario.
Evernest, la agencia inmobiliaria premium, ha elaborado un informe en el que analiza cinco factores determinantes para el sector inmobiliario en nuestro país.
- Una arraigada cultura de propiedad
La cultura de propiedad es una parte integral de la sociedad española, donde la mayoría aspira a ser propietario de su propia vivienda, puesto que se considera una inversión a largo plazo, ligada a la seguridad financiera y la estabilidad. Además, la propiedad de vivienda se ve como un legado familiar, transmitido de generación en generación. Históricamente, las administraciones públicas han respaldado esta cultura con políticas y programas para fomentar la propiedad de vivienda, aunque la crisis económica de 2008 generó una reevaluación de esta percepción. De hecho, en los últimos años, el porcentaje de ciudadanos que apuestan por vivir de alquiler se ha incrementado, en parte por las dificultades de los perfiles más jóvenes para adquirir una vivienda en propiedad. No obstante, sigue siendo una aspiración muy común en España y una mentalidad que ha influido en la dinámica del mercado inmobiliario, con una demanda constante de viviendas, tanto para primera vivienda como para la inversión. - Preferencia por la construcción vertical
La preferencia que existe en el sector inmobiliario en España por la construcción vertical se atribuye a diversas razones, como la eficiencia en el uso del espacio y otras consideraciones de carácter medioambiental. Según datos recientes de Eurostat, España lidera el ranking de países de la Unión Europea en términos de población que vive en pisos en lugar de casas. Aunque la tradición de vivir en casas unifamiliares sigue siendo sólida en algunos entornos más rurales, la tendencia hacia la construcción vertical está en aumento, impulsada por la necesidad de optimizar recursos y reducir la huella ambiental. En este sentido, el tamaño de las viviendas, medido por el número de habitaciones por persona en cada país, se sitúa en España en 2 habitaciones por personas, según cifras de Eurostat, por encima de la media europea (1,6). - Un porcentaje de áreas residenciales muy por debajo de la media
En España, el porcentaje de suelo ocupado por áreas residenciales está muy por debajo de la media europea. Algunas zonas de las áreas metropolitanas, como Madrid, Barcelona, Málaga o Bilbao, por ejemplo, concentran algunos de los kilómetros cuadrados más densamente poblados. Incluso existen localidades pequeñas y medianas en España que cuentan con vivienda de alturas, algo poco habitual en localidades pequeñas en otros países. Por el contrario, existen amplias zonas en el interior de España donde la densidad de población está entre las más bajas del continente europeo. - La vivienda como activo refugio
El perfil medio del ahorrador español es principalmente conservador, con miedo y aversión a las inversiones que conllevan cierto riesgo, en parte por un déficit de conocimiento sobre finanzas. En base a esa premisa, y al desarrollo que tiene el sector inmobiliario en España, la gente siempre ha visto en el ladrillo una inversión sólida y más fiable que la de muchos productos financieros tradicionales. A esto se suma la peculiar estructura familiar de nuestro país, que implica una menor movilidad geográfica que otros países, lo que hacía que la gente históricamente comprara una vivienda porque no tenía pensando un traslado de localidad por motivos laborales. - Un mercado más susceptible a los ciclos económicos
El mercado inmobiliario español ha sido históricamente más susceptible a los ciclos económicos y a la volatilidad de los mercados que otros países, debido a factores como la especulación, el acceso al crédito y la oferta de vivienda. Durante la década de 2000, España experimentó un espectacular auge inmobiliario gracias a la facilidad para acceder al crédito y la alta demanda, lo que provocó que fuera uno de los mercados donde fue más intensa la crisis derivada de la burbuja inmobiliaria, por la imposibilidad de absorber la excesiva oferta de obra nueva que se generó. - Una influencia creciente de la inversión extranjera
Los extranjeros compraron en 2023 más de 87.000 casas en España, casi un 15% de las viviendas vendidas, lo que representa un récord en la serie histórica. El mercado inmobiliario español ha sido testigo de una creciente influencia de la inversión extranjera, particularmente de Latinoamérica, pero también de otros países europeo o norteamericanos, al posicionarse España como un destino atractivo para ciudadanos extranjeros e inversores debido a una combinación de factores que incluyen la calidad de vida, costes asequibles, en comparación con otros mercados, y una rentabilidad atractiva en el sector inmobiliario.