Establecer una rutina de limpieza diaria de 15 minutos es determinante para mantener las estancias impecables cada día.
Recoger y limpiar de forma inmediata, tras cada uso, es fundamental para conservar el orden y el buen estado del hogar.
La prevención es un factor esencial para no ensuciar en exceso, de modo que el uso de servilletas, manteles, paños o bandejas para la comida es clave.
La labor de limpieza es una de las tareas que más desgana y tedio genera entre la mayor parte de la sociedad. Por ello, Vía Célere, promotora especializada en el desarrollo, inversión y gestión de activos inmobiliarios, expone una serie de consejos para evitar que la suciedad se acumule y, así, lograr un hogar limpio por mucho más tiempo.
– Establecer una rutina diaria. Es importante crear un hábito con el objetivo de limpiar cada día un poco para poder eliminar las jornadas de limpieza exhaustiva que ocupan varias horas. De esta manera, con tan solo 15 minutos diarios es suficiente para dar un repaso a las zonas más importantes y mantener el hogar en perfectas condiciones.
– Recoger de inmediato. Tras ensuciar alguna estancia es fundamental limpiarla de forma rápida para evitar que la suciedad se acumule. De este modo, la cocina se convierte en el lugar más determinante de la casa, ya que es la más propensa a ensuciarse. En este sentido, fregar los platos o recoger la encimera son dos aspectos que deben estar a la orden del día.
– Limpiar después de cada uso. En esta línea, se recomienda la limpieza de la ducha, el inodoro y el lavamanos después de cada utilización, ya que son sitios donde se acumulan muchos gérmenes. Para ello, es imprescindible tener a mano algún tipo de desinfectante con la finalidad de que estos lugares queden brillantes siempre.
– Buenos productos de limpieza. Es básico invertir en productos que sean eficaces y específicos para cada superficie y material. Por consiguiente, será más fácil lograr una limpieza más reluciente y por más tiempo.
– Prevención. Procurar no manchar debe ser la primera premisa. Para ello, es decisivo el empleo de elementos como servilletas, manteles, paños o bandejas para la comida que prevengan la aparición de restos de basura.
– Repartir tareas. Para conseguir un resultado raudo y satisfactorio es ideal distribuir la limpieza de las zonas comunes entre los integrantes de la vivienda, así como que cada uno recoja su propio cuarto.
– Desechar cosas que no necesites. Normalmente, los hogares están repletos de objetos que no se usan y entorpecen las labores de higiene. Por ello, es una excelente idea tirar, vender o regalar ciertos elementos o utensilios para tener más despejadas las superficies y, así, facilitar la limpieza.
Siguiendo estas recomendaciones por parte de los expertos de Vía Célere, se logrará combatir la pereza que producen las largas jornadas de limpieza, al mismo tiempo que un hogar ordenado y limpio durante mucho más tiempo.