Madrid. Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorro, habla a las claras de que la situación económica española seguirá en estado hibernación al menos hasta 2014. A partir de esa fecha, cuando el nivel de desempleo ya haya superado ampliamente el 26%, ya veremos.
Un panorama ciertamente negativo del que solo se saldrá con ajustes y más ajustes. Desde el desapalancamiento de los agentes privados, a la bajada de precios en el mercado inmobiliario y, como no, ese real saneamiento de las entidades financieras. Un cúmulo de procesos en marcha que, mientras no acaban de reordenarse, seguirán manteniendo la demanda nacional en estado de postración.
Para apoyar este análisis, los técnicos de Funcas ponen encima de la mesa los datos correspondientes a las ventas de viviendas en los dos primeros meses de 2012, que han vuelto a descender en comparación con la media del trimestre anterior a un ritmo semejante al observado en los trimestres anteriores, un 28% en tasa anualizada, caída similar a la exhibida por la constitución de nuevas hipotecas, si bien en este caso solo está disponible el dato de enero.
También recogen, de cara a vislumbrar la evolución a corto plazo del sector inmobiliario residencial, cómo los visados de nuevas viviendas se mantienen también a la baja, anunciando una continuación de la caída. Datos que, unidos a la fuerte caída que sigue sufriendo el crédito nuevo a los hogares para la compra de vivienda, pone de relieve el fuerte proceso de ajuste en el que sigue inmerso el sector inmobiliario.
Respecto al marco general de la economía española, cree Funcas que la mejoría del clima a que han dado lugar las dos operaciones masivas de financiación llevadas a cabo por el Banco Central Europeo en diciembre y febrero, es el principal factor que explica la contención de la caída del PIB en el conjunto de la zona euro en el primer trimestre de este ejercicio.
En el caso de las entidades españolas, dichos recursos han sido empleados en buena medida para adquirir deuda pública, lo que relajó, las tensiones en torno a la misma. Pero esta actuación solo supone un alivio temporal, ya que los problemas que se encuentran en el origen de la crisis de la deuda siguen sin resolverse, y concretamente, en el caso de España, los fundamentos económicos siguen siendo débiles.
El riesgo de un retorno de las tensiones nunca ha desaparecido, y se materializó nuevamente a mediados de marzo, situándose esta vez España en el centro de la tormenta.